El 22 de agosto es la festividad de Santa María, Reina. La realeza de María está íntimamente ligada a su Asunción al Cielo. La Virgen Santísima es Reina, sobre todo, por ser la Madre de Jesucristo, Rey y Señor del Universo. Desde su plena y definitiva glorificación ejerce, junto a su Hijo, el cuidado amoroso sobre todo lo creado.
Este 21 de julio recordamos la vida de la beata Victoria Rasoamanarivo, que, después de enviudar de un matrimonio con un hombre violento, y habiendo sido expulsados de la isla los misioneros, socorrió con toda solicitud a los cristianos y defendió a la Iglesia frente a los magistrados públicos.
Hoy celebramos la memoria de un gran santo. El abad y doctor de la Iglesia San Bernardo de Claraval. En su monasterio del Cister, escribió algunos de los manuscritos más importantes de la historia de la Iglesia. En ellos aprendemos su ardiente caridad hacia Cristo y su preocupación por los hermanos de la orden. Recorrió Europa para restablecer la paz y la unidad en su tiempo, impulsando la Orden Cisterciense. Apodado “el doctor melifluo” por su gran don de oratoria.
El beato Francisco Ibáñez Ibáñez nació en Valencia, lugar en el que se ordenó sacerdote. Fue uno de esos mártires que dieron su testimonio de fe hasta derramar su sangre, durante los años de persecución religiosa en la España del s. XX. Entregó su vida como mártir el 19 de agosto de 1936.
Santa Elena era la madre del famoso emperador Constantino. Fue ella quien parece haber encontrado los restos sepultados de las tres cruces erigidas en el Gólgota a la muerte de Cristo. Visitó los Santos lugares, honrando el pesebre y la Cruz del Señor con basílicas dignas de veneración. Celebramos su memoria el 18 de agosto.
En Saumur, cerca de Angers, en Francia, celebramos el 17 de agosto la memoria de santa Juana Delanoue. Apoyada totalmente en la ayuda de la divina Providencia, esta virgen consagrada acogió a huérfanas, ancianas, prostitutas y mujeres enfermas en su casa. Junto a sus compañeras, puso los cimientos del Instituto de Hermanas de Santa Ana de la Divina Providencia.
El 16 de agosto recordamos a un santo muy popular, San Roque. Miembro de la Tercera Orden Franciscana, este joven de origen francés predicó por varias ciudades de Italia y Francia diezmadas por varias epidemias de peste. Por esto resulta un santo muy propicio en nuestro días, pues el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias.
Celebramos la Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María. Un día de gran fiesta para la Iglesia, en el que recordamos el momento en que nuestra Madre fue asunta en cuerpo y alma a la gloria de los Cielos. Aunque hunde sus raíces en la tradición de la Iglesia, este día fue declarado solemnidad en la liturgia católica en 1950 por el Papa Pío XII. Hoy es el santo de mujeres como Asunción, Alba, Paloma, Estrella, Reyes o Mar.
San Alfredo, obispo de Hildeseheim en el siglo IX que logró la paz entre diversos reinos carolingios en Alemania. Vivió en el siglo IX y su memoria se celebra el 14 de agosto.
Hipólito era un soldado romano del siglo III al que se le asignó custodiar a prisioneros cristianos. Convertido por ellos a la fe, fue martirizado por asistir al entierro de otros martirizados. La iglesia celebra su memoria el 13 de agosto.
