San Aristídes
En Atenas, en Grecia, san Aristides, filósofo que notabilísimo por su fe y por su ciencia, dedicó al emperador Adriano algunos de sus libros sobre la religión cristiana.
En Atenas, en Grecia, san Aristides, filósofo que notabilísimo por su fe y por su ciencia, dedicó al emperador Adriano algunos de sus libros sobre la religión cristiana.
Nacida en Vilafranca del Penedés, Barcelona, la beata María Ráfolds fue religiosa fundadora de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y su primera superiora general. Hija de un molinero, tras la muerte de su padre ingresa en el monasterio femenino de San Gervasio, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, en 1794. Su memoria se recuerda el 30 de agosto.
En Roma, conmemoración de santa Sabina, cuya iglesia titular construida en el monte Aventino recibe su nombre, digno de veneración. Su memoria se recuerda el 29 de agosto. Patrona de Roma, de las amas de casa y los niños, protectora contra la lluvia y el flujo sanguíneo.
El mismo día de la onomástica de San Agustín de Hipona, 28 de agosto, el santoral nos presenta la vida del beato Alfonso María Mazurek. Es un carmelita presbítero y mártir, que durante la guerra, por su confesión cristiana, recibió la muerte a manos de los invasores de su patria.
En este 27 de agosto recordamos al galés San David Lewis. Presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, ordenado sacerdote en Roma, celebró ocultamente los sacramentos en su patria durante más de treinta años y prestó ayuda a los pobres, hasta que en el reinado de Carlos II fue ahorcado por ser sacerdote.
Recordemos este 26 de agosto a la religiosa Santa Juana Isabel Bichier des Ages. Durante la Revolución Francesa ayudó a san Andrés Huberto Fournet cuando éste ejercía clandestinamente su ministerio. Restablecida la paz de la Iglesia, fundó la Congregación de las Hijas de la Cruz, para la educación de los pobres y la ayuda a los enfermos.
El 25 de agosto celebramos a Santo Tomás Cantelupe, obispo de Hereford quien, célebre por sus conocimientos, se mostró severo para consigo mismo, pero excepcionalmente espléndido para con los pobres.
Cerca de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Maximiano Binkiewicz, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra, a causa de su fe en Cristo, fue deportado por los soldados invasores de Polonia, su patria, a aquel lugar de exterminio, donde murió extenuado por las torturas y los suplicios.
En Todi, de la Umbría, san Felipe Benizi, presbítero de Florencia, varón de gran humildad y propagador de la Orden de los Siervos de María, que consideraba a Cristo crucificado como su único libro.
En Autun, en la Galia Lugdubense, san Simforiano, mártir, al que, mientras era llevado al suplicio, desde la muralla de la ciudad su madre lo exhortaba. Su memoria se recuerda el 22 de agosto.