Del 30 de noviembre al 7 de diciembre se celebra en el Monasterio de San Jerónimo la Novena a la Inmaculada con la celebración de la Misa y la predicación diaria a las 20 horas.
En el inicio de esta novena que tuvo lugar en la tarde de ayer, 30 de noviembre, nuestro Arzobispo coadjutor, D. José María Gil Tamayo fue el encargado de presidir la Eucaristía expresando su alegría por esa celebración ante la presencia multitudinaria de jóvenes, universitarios, familias y fieles de la diócesis.
Con la presencia de las Hermanas Jerónimas, D. José María dirigió su reflexión a los jóvenes hablándoles sobre la vocación y la importancia de discernir el propio camino y la llamada de Dios en la vida de cada cristiano.
“Hablar de vocación no es un tema para tratar con el psicólogo, se trata de una llamada, es saberse querido por Dios y no como un verso suelto. Tenemos un sentido, somos fruto del amor de Dios, no somos arrojados a la existencia por una casualidad, Dios está detrás de nuestras vidas a lo largo de los años y de los acontecimientos. La mano misericordiosa de Dios nos envuelve. La vocación es la llamada a una misión, a un papel en la historia de salvación”, destacó el Arzobispo coadjutor.
Asimismo, también añadió: “Hay muchas clases de llamada, hay una vocación profesional, hay una vocación cristiana que tanto proclamó San José María Escrivá. Todos estamos llamados a vivir como hijos de Dios en medio de lo ordinario. La santidad es una llamada a vivir con coherencia. Tenemos que preguntarnos si estamos siguiendo la voluntad de Dios en nuestra vida: sacerdocio, la vida consagrada, en el matrimonio, tenemos que descubrirla”.
La novena ha sido organizada por el Club Aldeire, la Asociación Sulayr y el colegio Mayor Alsajara con el objetivo de fomentar la devoción y mantener la veneración a la Inmaculada Concepción.
A lo largo de toda la novena, que culminará el 7 de diciembre, habrá sacerdotes disponibles para recibir el Sacramento de la Reconciliación.
María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social