Santa Lucía de Siracusa
Memoria de Santa Lucía, patrona de los pobres, ciegos y niños. Murió mártir en el siglo IV.
Memoria de Santa Lucía, patrona de los pobres, ciegos y niños. Murió mártir en el siglo IV.
Fue en 1531 cuando Nuestra Señora de Guadalupe se apareció al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en México. La advocación de Nuestra Señora de Guadalupe es profesada por millones de fieles en el mundo entero, especialmente en América Latina. Pio X la proclamó "Patrona de toda la América Latina" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".
El Papa San Dámaso I en los difíciles tiempos en que vivió, reunió muchos sínodos para defender la fe de Nicea contra cismas y herejías, procuró que san Jerónimo tradujera al latín los libros sagrados y veneró piadosamente los sepulcros de los mártires, adornándolos con inscripciones.
San Juan Roberts, de la Orden de San Benito, y el beato Tomás Somers, presbíteros y mártires, en tiempos del rey Jaime I, condenados a causa de su sacerdocio, fueron colgados en el patíbulo junto con dieciséis ladrones.
San Juan Diego Cuauhtlatoatzain logró que se construyera un santuario en honor de la Bienaventurada María Virgen de Guadalupe en la colina de Tepeyac, en la ciudad de México, lugar donde se le había aparecido la Madre de Dios. Hoy, 9 de diciembre, se celebra su memoria litúrgica que evoca la fecha de la primera aparición de la Virgen.
En Granada, el beato mártir Pedro Pascual, obispo de Jaén, de la Orden de la Merced, mientras visitaba a su grey para exhortarla a la defensa de la fe, fue capturado por los moriscos y murió en la cárcel.
Santa Bibiana vivió a finales del siglo III, con una entrega colmada y que dio su vida a Dios, muriendo en martirio, al igual que sus padres y su hermana. Murió mártir por flagelación y su memoria se recuerda el 2 de diciembre.
En el lugar llamado Quxian, en la provincia de Sichuan, en China, san Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir, estrangulado por quienes odiaban la fe. Su memoria se recuerda el 30 de noviembre.
En Lucera, san Francisco Antonio Fasani, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, sirvió hasta tal punto a los pobres y necesitados, que nunca dudó en despojarse incluso de sus vestidos para cubrir al mendigo, ofreciendo a todo el mundo ayuda cristiana.