Santa Zoe, Héspero, Ciríaco y Teódulo, mártires
Según la tradición, en tiempo del emperador Adriano eran esclavos al servicio de un pagano, y por orden de su mismo amo fueron primero azotados a causa de su libre confesión de la fe cristiana, luego brutalmente atormentados y finalmente arrojados a un horno encendido, en donde entregaron sus almas a Dios.