San Jorge de Kosiba
En el monasterio de Kosiba, en Palestina, san Jorge, monje y eremita, que pasaba toda la semana recluido en su celda, pero el domingo oraba con los hermanos y departía con ellos sobre temas espirituales.
En el monasterio de Kosiba, en Palestina, san Jorge, monje y eremita, que pasaba toda la semana recluido en su celda, pero el domingo oraba con los hermanos y departía con ellos sobre temas espirituales.
En los bosques cercanos a Ringsted, en Dinamarca, san Canuto, llamado Lavard, mártir, quien, hecho duque de Schleswig, ejerció el poder con equidad y justicia, favoreciendo la piedad de su pueblo. Murió asesinado por enemigos que rechazaban su autoridad.
En la ciudad de Valencia San Juan de Ribera, obispo, ejerció también las funciones de virrey. Fue muy devoto de la Santísima Eucaristía, defendió la verdad católica y educó al pueblo con sus sólidas enseñanzas.
En la ciudad de Foligno, en la Umbría, santa Angela, la cual, después de la muerte de su esposo y de sus hijos, siguió las huellas de san Francisco, entregándose totalmente a Dios, y escribió un libro, en donde cuenta las experiencias de su vida mística.
En Milán, ciudad de Lombardía, san Juan Bueno fue obispo que restituyó a esta población la sede episcopal, anteriormente trasladada por causa de los lombardos a la ciudad de Génova. Por su fe y sus buenas costumbres fue grato a Dios y a los hombres. Su memoria se recuerda el 2 de enero.
En Roma, san José María Tomasi, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos y cardenal, deseando ardientemente la renovación del culto divino, se dedicó con tesón a la investigación y publicación de los textos y documentos litúrgicos más antiguos, así como a la catequesis de niños.
Entre los s. IV y V corre la vida de Santa Melania, la joven, nieta de una de las llamadas “Madres del desierto”, también de nombre Melania. Su historia es especialmente apasionante, repleta de viajes y decisiones llenas de valentía. Trabó amistad con varios de los grandes santos de la época, como San Jerónimo o San Agustín.
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Dionisio Papa después de la persecución bajo el emperador Valeriano, consoló con piadosas cartas y con su presencia a los hermanos y a los afligidos, con dinero redimió de los sufrimientos a los cautivos, y enseñó los principios de la fe. Su memoria se recuerda el 26 de diciembre.
Se conmemora el 25 de diciembre la memoria de Santa Anastasia, mártir en Sirmio, en Panonia. Se la considera protectora de aquellos que sufren los efectos de algún veneno.
En Montreal, en Canadá, santa María Margarita d'Youville fue religiosa que habiendo enviudado educó piadosamente a sus dos hijos, encauzándoles hacia el sacerdocio, y se entregó con todas sus fuerzas a la asistencia de los ancianos y pobres de todo género, para lo cual fundó la Congregación de Hermanas de la Caridad. Su memoria se recuerda el 23de diciembre.