El 22 de enero se celebra la festividad de San Vicente, diácono y mártir.
El mas antiguo mártir conocido de España, diácono de la Iglesia de Zaragoza, sufrió un atroz martirio en Valencia, durante la persecución de Diocleciano [284-305]. Su culto se difundió en seguida por toda la Iglesia.
Siendo diácono de Zaragoza, su ciudad natal, fue arrestado junto al obispo Valerio por orden del gobernador romano Dacio. Fueron llevados a Valencia en cadenas, donde estuvieron encarcelados por largo tiempo. En el juicio, como el obispo tenía dificultad en el habla, Vicente habló por ambos. Ante su forma valiente, Dacio se llenó de ira y, mientras al obispo se le exilió, a Vicente le torturaron con punzones de hierro, azotes y otros medios. Luego encarcelado otra vez lo echaron en una celda sobre vidrios rotos para torturarle. Al morir su cuerpo fue expuesto a los buitres pero un cuervo lo protegió para que no fuese devorado. Dacio entonces echó el cuerpo al mar pero este regresó a la costa y fue enterrado por una piadosa viuda.
Otras tradiciones cuentan otros tipos de muerte… pero coinciden en que murió bajo Diocleciano en 304 AD.
Es mencionado en la Martirologio Romano y en la letanía de los santos. Varias ciudades dicen tener sus reliquias: Lisboa, Castres, Cremona, Bari y otras. Childeric I trajo su dalmática a París en 542 y construyó una iglesia en honor de S. Vicente, después llamada St. Germain-des-Prés.
Es patrón de las ciudades de Valencia, Zaragoza y de otras de España y Portugal.
En la iconografía aparece con la dalmática de diácono.