El 18 de octubre se celebra la festividad de san Lucas, evangelista.
De San Lucas, autor del Tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles, habla San Pablo en la Carta a los Colosenses definiéndolo como “Lucas , el médico querido” (Col 4, 14). Según el historiador Eusebio, había nacido en Antioquía de Siria, y era un gentil. Pablo, siempre en la Carta a los Colosenses, habla de sus compañeros y nombra primero a “los de la circuncisión”, es decir, a los judíos, sin incluir entre ellos a Lucas (Col 4, 10-11). Además, en su Evangelio, Lucas demuestra una sensibilidad particular en lo que se refiere a la evangelización de los gentiles.
Es posible percibir la característica más original del Evangelio de Lucas gracias a los seis milagros y a las dieciocho parábolas que no se encuentran en los demás Evangelios. Vemos una atención particular hacia los pobres, las víctimas de injusticias, los pecadores arrepentidos y acogidos dentro de la misericordia y el perdón de Dios.
La relación particular con María, es otra de las características principales del Evangelio de Lucas. Gracias a él, presuntamente por el testimonio directo que le hizo María, conocemos las palabras de la Anunciación, de la visita a Isabel y del “Magnificat”, gracias a él conocemos detalles de la Presentación en el Templo y el retrato preciso de la angustia de María y José, que no consiguen encontrar a su hijo de doce años.