Comentario bíblico al Evangelio del día de la Natividad del Señor, el 25 de diciembre de 2025, realizado por el Secretariado diocesano de Pastoral Bíblica.

¡Feliz Navidad! es el saludo cordial que envuelve todos nuestros encuentros. Feliz Navidad, saludo profundo que empatiza y llena de alegría el corazón de todos los que lo entonan. Hoy es Navidad, el niño Dios ha venido a la vida, al mundo, a nuestra realidad cotidiana, de ahí, la invitación a creer que un nuevo mundo es posible, que Dios ha hecho posible lo imposible, aunque muchos quieran opacar su luz. Hoy es nuestro día, la salvación llama a la puerta, Jesús nace en nuestro corazón y lo llena de una alegría difícil de esconder.

“Verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios” (Is 52,7-10) Qué hermoso ver los pies del mensajero que corren, avanzan, no se detienen hasta alcanzar su destino y proclamar un mensaje tan deseado: la paz y la salvación ya están al llegar. El motivo para ello es que Dios reina. Aquellos que estaban vigilantes, a la espera de alguien que llegará a liberarlos, han escuchado el mensaje salvador. Lo antiguo ya ha pasado, la novedad se impone porque Dios ha consolado a su pueblo y ha restaurado a Jerusalén, destruida y abandonada.

El significado profundo de esta buena noticia lo expresa el Señor «desnudando su santo brazo» ante todas las naciones. Por eso la salvación, no solo se circunscribe al pueblo de Israel, sino que alcanza hasta los confines de la tierra. La fe en un Dios que salva impregna el mensaje de Isaías y concede a su canto un tono esperanzado. El pueblo que ha vivido el sufrimiento, el abandono, la desolación en tierra extranjera se empapa de nuevo de la alegría de vivir. Dios es consuelo y esperanza, salvación y liberación para toda la humanidad.

“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn1,1-18) El himno cristológico de Juan que leemos este día de Navidad nos recuerda el proyecto de Dios en Jesús que viene a habitar nuestro mundo. La creación entera clama y se alboroza, desde el principio todo era bueno, la Palabra existía desde la eternidad, pero inició su Kairós, su existencia creadora de vida y luz para la humanidad. La primera creación ha sido superada por el nacimiento de un niño que sorprende en su fragilidad pero que ya existía desde siempre en una comunión de amor infinito junto al Padre.

El sujeto de la acción es la Palabra creadora que da vida y luz de los hombres (3-5). Ella ha intervenido en la creación y nada es ajeno a su acción. Los dos símbolos aplicados a la Palabra son la Vida y la Luz. Por eso, la Palabra está a favor de la creación y su oferta es la luz y la vida para el hombre.

Alguien aparece sin ser presentado, a modo de interrupción para corroborar todo lo dicho (6-8). Es un profeta enviado por Dios, llamado Juan, al que se le encomienda una misión especial: dar testimonio de la luz para que crean por medio de él. Pero él no es la luz, solo es el vocero, el testigo de la luz, que se sitúa detrás de aquel a quién anuncia.

La Palabra ha llegado al mundo (9-13) que se empeña en no recibirla, en no conocerla. No obstante, insiste el evangelista algunos creyeron en ella, y por creer en Jesús, el Padre los hace hijos suyos. El gran anhelo de Dios es vivir entre los hombres, habitar en medio de la humanidad (v.14). Este niño que ha nacido nos lo recuerda continuamente, la Palabra se ha hecho carne, se ha hecho uno con nosotros, para que seamos capaces de reconocerlo cuando nos sintamos perdidos.

La Palabra hoy No existe ningún otro día en el calendario tan significativo, emotivo, triste o alegre, familiar o lleno de soledad, como hoy. No existe otro día en toda la historia de la humanidad como este que estamos celebrando. Hoy es el día de Navidad. Hoy Dios se ha hecho carne, se ha hecho uno de nosotros y eso no tiene «precio», no tiene paragón en toda la existencia. ¿Somos capaces de reconocer a ese niño que ha nacido en el pobre, en el desvalido, en el extranjero o en el que se siente solo? Si somos capaces de reconocerlo en nuestros ojos hoy brillará la esperanza.

Carmen Román Martínez, csd

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