Carta I de San Pablo a los Corintios 1,1-9
Salmo 145(144), 2-3.4-5.6-7
Mateo 24,42-51:
Estad prevenidos, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su Señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo. Os aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor, que piensa: “Mi Señor tardará”, y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su Señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.