Santísimo Cristo del Consuelo, Tú nos consuelas no como hacemos los hombres, una palmadita en el hombro, un apretón de manos… Tú nos consuelas cargando sobre Tu Cuerpo con el peso de nuestros pecados, con el peso de nuestras esclavitudes, y alivias nuestra vida, y las haces ligera sencillamente porque Tú llevas ese peso en lugar nuestro. La condena que nosotros merecemos, todos, por nuestras infidelidades, por nuestra falta de amor, Tú la has cargado sobre Ti para que nosotros pudiéramos ser libres de ella y ese es el verdadero consuelo, ese es el único consuelo verdadero.
Te pedimos de una manera especial, también por tu vinculación con el Sacromonte que intentó unir a dos pueblos enfrentados, te pedimos de una manera especial porque caigan las barreras que los hombres construimos unos frente a otros, que caigan las barreras que enfrentan a los estados unos con otros, que caigan las barreras de las luchas de poder dentro de los mismos estados, donde los pueblos nos enfrentamos con otros sencillamente afirmándonos a nosotros mismos a costa o contra los demás. Que caigan las barreras que dividen a los hombres, las lenguas, todo aquello que nosotros utilizamos como instrumento de división. También, a veces, la religión, también con frecuencia la pertenencia racial, todos somos hijos del mismo Padre, todos somos hermanos de. La misma humanidad, partícipes de la misma humanidad, herederos de la misma herencia. Ayúdanos Señor a que cada uno de nosotros seamos instrumentos de derribar esas barreras, instrumentos de afecto, de unidad, de bondad, de fraternidad entro los hombres.
Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén
Mons. Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Plaza de las Pasiegas, Miércoles Santo
28 de marzo de 2018