Vivió en tiempos de Diocleciano y sufrió martirio en la persecución que éste desencadenó contra los cristianos.

Dicen las actas antiquísimas de su martirio, que vivía Irene con su padre y sus dos hermanas, llamada Agape (Amor) una y Quionia (Pureza) la otra, en Tesalónica (hoy Salónica). Que fueron detenidas y llevadas a presencia del prefecto quien, decidido a conseguir un triunfo con Irene, usó con ella de todos los medios para doblegar su voluntad. La expuso primero en una casa de lenocinio para que sufriera la humillación que allí le esperaba. Pero algo había en su rostro que hizo que fuese respetada.

Acusada de haber ocultado en su casa libros prohibidos, contestó que no eran de ella; en efecto, eran de toda la comunidad cristiana de Tesalónica. El prefecto, irritado porque no pudo hacerla renegar de su fe, mandó quemarla viva. Sus dos hermanas fueron degolladas ante ella”.

Santa Irene es venerada en la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, con especial devoción en Oriente, y su día es el 5 de abril en el santoral católico”.