Fecha de publicación: 11 de abril de 2022

Santa Gema nació el 12 de marzo 1878, en Camigliano, Italia. Hija de Enrique Galgani, [farmacéutico] y Aurelia Landi, tuvieron ocho hijos, de ellos, Gemma fue la cuarta en nacer y la primera niña de la familia. El 13 de marzo fue bautizada con los nombres de Gemma Hipólita Pía. Con sólo un mes se traslada a Lucca, junto a su familia donde vivió el resto de su vida.

A los cuatro años de edad, cuando se encontraba de visita en casa de su abuela, se la encontró de rodillas frente a una imagen de la Virgen. A raíz de la primera comunión se afianza la vocación “sentía desarrollarse en mí un ardiente anhelo de padecer y de ayudar a Jesús a sobrellevar la Cruz”. En 1894 muere su hermano Gino, tenía dieciocho años y se preparaba para ser sacerdote. El 11 de noviembre de 1897, muere su padre de cáncer en la garganta. Ello supuso la quiebra económica de la familia. Los acreedores se precipitaron sobre la casa Galgani, “llegaron hasta meterme las manos en los bolsillos llevándose las cinco o seis monedas, apenas unos centavos, que yo guardaba conmigo”. Padece de osteítis en las vértebras lumbares con sucesivo absceso frío en los inguinales. Se quedó paralítica de ambas piernas. El 28 de enero de 1899 le sobreviene un dolor insoportable en la cabeza, fruto de una otitis media purulenta aguda con participación del mastoideo. Los médicos, viendo que los remedios no producían mejoría y que la enfermedad avanzaba, la desahuciaron.

Al amanecer del 2 de marzo se levantó con sus propios pies y toda la familia al verla lloraba de alegría ante aquel milagro de Dios. Desde 1899 tuvo permanentemente las cinco heridas de Jesús Crucificado que ella ocultaba cuidadosamente. Sus manos las cubría con unos sencillos guantes. Desde entonces, cada semana, desde el jueves a las ocho de la noche hasta el viernes a las tres de la tarde, aparecían por toda su piel las heridas de los latigazos y en la cabeza las heridas de la corona de espinas y sentía en el hombro el peso de una gran cruz que le producía dolor y heridas y la hacía encorvarse dolorosamente.

La salud de Gemma en sus últimos años fue desastrosa. Un tumor canceroso en la columna vertebral era para ella un tormento de día y de noche. Fue perdiendo la vista hasta quedar ciega. Pero cuando cesaban los ataques del infierno, ella gozaba de una paz interior y sentía que Cristo y la Virgen María venían a hablarle y a consolarla.

Gemma es patrona de los que sufren graves enfermedades y tentaciones, pero que quieren ofrecer todo por Dios y por la salvación de las almas. Fueron numerosas las personas que llegaron donde ella movidas únicamente por la curiosidad y volvieron a sus casas transformadas y convertidas.

Gemma Galgani falleció el 11 de abril de 1903 en Lucca, ciudad donde vivió casi toda su vida. Fue beatificada en el año 1933 y canonizada en 1940 como santa pasionista.