Celebrada en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la parroquia de Espíritu Santo, de manos de nuestro arzobispo D. José María.
“Fue algo bonito para mí, sencillo, pero de verdad muy significativo”. Así explica Lemuel Paul Tuvilla Ayuyang, cmf, su ordenación diaconal en la congregación de los claretianos, celebrada el pasado 8 de diciembre, en la parroquia del Espíritu Santo, en una Eucaristía presidida por nuestro arzobispo D. José María Gil Tamayo y concelebrada por los sacerdotes de dicha parroquia.
Lemuel es natural de Filipinas, donde encontró la fe a través de sus padres y donde inició su formación como candidato al sacerdocio. En Granada, ha estado cuatro años a lo largo de su formación y en su labor pastoral en la parroquia del Espíritu Santo. Ahora, tras su ordenación diaconal, se encuentra en Madrid, donde continuará su formación en la Universidad de Comillas, realizando un Máster en Sagrada Escritura.



“Para mí fue una experiencia muy bonita, porque no solamente fue como mi celebración propia, sino la celebración de la Iglesia y de las personas que me han ayudado muchísimo en mi camino de vocación y camino de fe. Por eso, para mí fue algo significativo estar y compartir la experiencia con muchísimos claretianos, jóvenes y niños, y con un buen grupo de la comunidad filipina”, explica Lemuel sobre el día de su ordenación diaconal.

De su país de origen, Filipinas, el nuevo diácono señala que “hay muchísima similitud en la vivencia de la fe en España, porque también sabemos a lo largo de la historia que estábamos bajo el poder o dominio de España durante casi 300 años, y por eso todavía se notan muchísimo las huellas de la religiosidad española en Filipinas”, señala. “Un poco más personalizado con el contexto y cultura de Filipinas, pero todavía tenemos las estructuras de la Iglesia como en algunas partes de España, y las procesiones y devociones que están presentes aquí en España”, matiza.


