Salmo 21:
“Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme”.
Señor Jesucristo, aquí te vemos Despojado de tus vestiduras y, como leemos en las Escrituras, despojado de tu condición divina. Eso nos permite descubrir que quisiste pasar por uno de tantos y adentrarnos en tu Misterio, que no consiste en conocer cosas y tener información sobre ti, sino en relacionarnos contigo y escuchar tu Palabra, porque tú eres la Palabra de Dios hecha hombre, que ha querido habitar entre nosotros.
En Ti aceptamos que Dios habló en el pasado de muchas formas y que por Ti habla Él mismo revestido de nuestra carne mortal.
En Ti reconocemos que eres imagen visible de Dios invisible y que revelas y nos cuentas la realidad de Dios, que nadie ha podido conocer. Y que cuando Te vemos, nos haces conocer a Dios Padre, porque ambos sois uno.
Gracias, Señor, por tu humanidad y gracias, Señor, por tu divinidad.
Te pedimos, Señor, que ayudes con tu fuerza a toda esta tu Hermandad y a su parroquia de San Emilio. Ayuda, Señor, a quienes se sienten más vulnerables, a quienes dudan de su fe, se alejan de la Iglesia o se sienten pecadores.
ORACIÓN:
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Francisco Tejerizo
Vicario Territorial Zona I (Granada)
Plaza de las Pasiegas
14 de abril de 2019