Entrevista al fundador de Mater Christi, D. Emilio Castrillón Hernández, que ha estado en Granada para inaugurar los actos conmemorativos con motivo del 50 aniversario de este carisma.

El pasado sábado 20 de septiembre, Mater Christi abrió oficialmente en Granada los actos conmemorativos de su 50º aniversario con una ponencia de su fundador, D. Emilio Castrillón Hernández. En un testimonio profundamente personal, el fundador compartió el itinerario espiritual que dio origen a esta obra de evangelización, nacida de la oración y de la confianza en la Santísima Virgen.

— ¿Cómo surgió Mater Christi?

Yo siempre he dicho que Mater Christi es un capricho de la Virgen, porque yo, personalmente, que ha recaído el papel de fundador, pensé en fundar nada ni en hacer nada que no estuviera hecho. Entonces, surgió que cuando yo estaba en la Legión de María, que estaba incorporada en ella, hubo una persona que acudió a mí -entonces yo tendría como 21 años- para plantearme una papeleta personal: que era homosexual, él era también joven y que lo habían descubierto, etcétera. Y yo me encontré con un asunto que me venía muy grande. Aparte de recomendarle que acudiera a algún sacerdote, yo empecé a pedirle a la Santísima Virgen que qué hacíamos con esa situación, que yo no tenía ni idea cómo ayudar a esa persona. Pasó el tiempo, yo insistí muchísimo en esa oración diaria, y ya surgió que yo tuve que marchar, había que decidir sobre mi vida, si me consagraba a Dios o en el matrimonio o en la vida consagrada. Y opté por la vida consagrada. Y marché al monasterio de San Isidro de Dueñas, porque yo siempre he valorado muchísimo la vida contemplativa. En la Iglesia hay mucha gente trabajando activamente, pero la vida contemplativa es básica. Entonces, yo estuve en el monasterio. Llegó un momento que, por razones de salud, aquello hubo que cortarlo. Volví a Madrid, pasé un tiempo muy difícil y muy duro. Luego todo lo comprendí.

— Y comienza Mater Christi…

Nace Mater Christi de una manera sencilla. O sea, va viniendo en el año 75 desde principio de año ya se han superado todas las crisis, etcétera, etcétera, y así llegamos hasta el 8 de diciembre que ya nace Mater Christi. Y luego, ya caminando te das cuenta de que la Virgen Santa María recibió la petición mía insistente, el Padre le concedió la gracia y me probaron, me formaron, me instruyeron, y allá en el 8 de diciembre de 1975 empezamos a caminar el grupo primero. Así de simple.

— ¿Y cómo recuerda aquellos primeros inicios?

Vas recordando paso a paso cómo se fue llevando; cómo la Virgen Santísima nos fue llevando. Y luego, ya empieza el 8 de diciembre con dos, tres cosas claras. Había que evangelizar, había que ir en busca de las almas para llevarlas al encuentro con Nuestro Señor Jesucristo; había que vivir en comunidad consagrados a Dios, porque había que estar dispuestos en mañana, tarde y noche, y había que dedicar todo el tiempo como Dios dispusiera.

Y así empezamos a caminar el 8 de diciembre de 1975, Años Santo de la Reconciliación. Y cuando llega el mes de mayo-junio, yo me doy cuenta que nos hemos metido en un lío de mucho preocupar, porque en aquel momento España estaba muy convulsa por el cambio de régimen, porque la homosexualidad estaba muy perseguida, que es al final el carisma por el que nacía Mater Christi, y entonces es cuando acudo a todos los conventos de clausura de España pidiéndole oraciones y acudo -o acudimos- al arzobispo de Madrid, porque hay que decirle que estamos aquí y que la Iglesia tiene que decir si seguimos o lo dejamos.

Y esos fueron los primeros tiempos, los primeros seis meses.

— ¿Cómo es la dinámica de Mater Christi en su espiritualidad y cómo lo viven ustedes?

La dinámica espiritual de Mater Christi se basa en cuatro pilares, en cuatro elementos básicos de los que debe toda la espiritualidad, que son el rosario, la cruz, la comunión, la Eucaristía y la unidad.

La cruz como elemento salvador, que es donde Cristo nos redimió, venció el pecado y la muerte, y ya nos entregó la vida nueva. El rosario porque es el arma que tenemos en nuestras manos, que la Santísima Virgen entrega a Santo Domingo de Guzmán, y ya conocemos todos los beneficios que ha hecho a lo largo de la historia, y sería como el báculo en el que el miembro de Mater Christi en su camino evangelizador se tiene que apoyar. La comunión, la Sagrada Eucaristía, indudablemente, si no hay alimento, no hay fortaleza que se pueda caminar. Y la unidad en el sentido más profundo, de no estar unificados, sino unidos, unidos porque Cristo en el último momento, en la última oración al Padre, le pide que sean unos, como tú y yo somos uno, y así el mundo pueda verlos, pueda creer, etc. Luego, ¿cómo lo vivimos? Lo mejor que lo podemos, porque humanos somos e ilimitados somos.

— Desde su origen en estos 50 años, ¿qué evolución ha visto también respecto a Mater Christi? ¿Cómo se ha ido ofreciendo a la sociedad y a los fieles para que descubran este caminar junto a María?

En el carisma fundacional se dice que Mater Christi se ha llamado a la evangelización de los sectores menos atendidos por lo pastoral de la Iglesia. En aquel momento era la homosexualidad, era la prostitución, tanto heterosexual como homosexual, era el juego, la ludopatía, que todo eso emergió con mucha fuerza a partir del año 76-77, porque van desapareciendo las persecuciones que el régimen anterior tenía sobre estos elementos, también el alcoholismo. Pero en ese carisma fundacional se dice también que Mater Christi se tendrá que ir acoplando a aquellos apostolados, a aquellos caminos que necesiten de la pastoral de la Iglesia y que estén menos atendidos según el lugar, según el momento, según la historia.

A mí no me interesa el cincuentenario, que lo viví porque Dios así lo decidió. A mí en ese cincuentenario no me interesa nada más que se manifieste la Gloria de Dios, que durante 50 años nos ha sostenido y aquí estamos, por su gran misericordia. Entonces, ni me interesa que se diga que qué buenos éramos, o qué maravillosos, no, no, solamente me interesa la Gloria de Dios.

Paqui Pallarés