En su visita, pudo ver también la exposición dedicada a San Antonio de Padua, con motivo del III centenario de su proclamación como patrón del pueblo.
El pasado día 4 los fieles de la iglesia parroquial de la Anunciación recibían la visita del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, en un encuentro fraterno y amigable que sirvió para que ambos –fieles y prelado- se conozcan mutuamente en persona.
Mons. Gil Tamayo pudo también conocer la exposición que esta iglesia parroquial ofrece hasta el 16 de diciembre, dedicada a San Antonio de Padua, con motivo del tercer centenario de su proclamación como patrón del pueblo, acaecida en 1723.
Esta exposición, que puede visitarse los fines de semana en la propia parroquia, termina el 16 de diciembre, día en que también concluirán los actos organizados con motivo del tercer centenario. El concierto será a las 19 horas, en la propia parroquia, a cargo del grupo “Beatus ille barroco”, y cuenta con el apoyo del ayuntamiento de Cogollos Vega.
CONTENTOS
Durante su visita, según informó la parroquia, el arzobispo valoró gratamente el arte religioso en la Archidiócesis, también el de esta parroquia, como transmisores de la fe en esta faceta artística. Asimismo, Mons. Gil Tamayo compartió la gran devoción existente en su tierra extremeña a San Antonio de Padua.
Entre los fieles asistentes durante la visita, se encontraban catequistas y ministros de la Eucaristía, así como miembros de su hermandad y el párroco D. Manuel García Hernández.
El encuentro, desarrollado en un ambiente familiar, concluyó con una merienda compartida con chocolate y bollería artesanal del pueblo de Cogollos Vega, que vivió con alegría y gratitud la visita del arzobispo de Granada. “Mons. Gil Tamayo también se sintió bien acogido y disfrutó mucho”, explicó el párroco.
Por su parte, Mons. Gil Tamayo ha expresado su “agradecimiento a las buenas gentes de Cogollos de la Vega por su acogida en mi visita a la exposición parroquial con motivo del III Centenario del Patronazgo de san Antonio de Padua en este bello pueblo granadino. ¡Dios les bendiga!”.