Escrito de Mons. José María Gil Tamayo.

Mi saludo y mi felicitación y mis mejores deseos para esta Navidad especial. Especial para todos, por el sufrimiento que nos ha traído y nos sigue trayendo el COVID y las circunstancias derivadas de esta pandemia. Por eso, es más necesaria que nunca la fe con la que hemos de contemplar estas fiestas y el Misterio que en ellas se celebran, que es el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, despojándolas del secularismo y el consumismo con los que, por desgracia, muchas veces las hemos envuelto. 

No son fiestas de invierno. Es mucho más. Es la fiesta del nacimiento de Cristo. Y en este Misterio tenemos la puerta de la esperanza. Por eso, en este tiempo difícil es posible la esperanza de que podemos ser salvados. Es también la fiesta del Amor, del amor de Dios que se ha hecho Niño, se ha hecho uno de nosotros para divinizarnos. Y de ahí se deriva el amor que hemos de derramar en los demás. Por eso estas fiestas son las fiestas entrañables del cariño con la familia, con los más cercanos, y echamos de menos a los que nos han dejado. Y es la fiesta de la solidaridad con quienes más lo necesitan.  

Les deseo lo mejor en esta Navidad y siempre. Que 2021 sea un año lleno de cosas maravillosas, y que olvidemos este 2020 que tantas desgracias nos ha traído. Que Dios les bendiga. Que vivan esta Navidad con un verdadero sentido de familia, de solidaridad, y al mismo tiempo, hagan de la dificultad una oportunidad para ser mejores.

Cuídense y cuiden a los demás. Feliz Navidad.

+José María Gil Tamayo