Queridos hermanos y amigos:
Como todos los años, con ocasión de la celebración de la fiesta de San Cristóbal y al inicio de las vacaciones del verano, la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, desde el Departamento de Pastoral de la Carretera, os hacemos llegar nuestro cordial saludo a todos los que estáis relacionadas con la movilidad humana: camioneros, transportistas, taxistas, conductores de autobuses, de autocares, de ambulancias, bomberos, Guardia Civil y Policía de tráfico, cofradías de san Cristóbal, asociaciones de transportistas, escuelas de conducir…
Nos dirigimos también a las personas que cada día pasáis buena parte de vuestro tiempo al volante por razones de trabajo, por necesidad o por vacaciones o turismo. No olvidamos a los motoristas, ciclistas y peatones que, de una u otra manera, hacéis uso de las vías públicas. A todos os deseamos la salud, paz, alegría y la bendición del Señor. «Loado seas, mi Señor, también por los medios de transporte». Este es el lema que hemos elegido este año para la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico 2017. Con él queremos alabar y bendecir a Dios por la creación, obra de sus manos, según leemos en la Sagrada Escritura: «Al principio, creó Dios el cielo y la tierra» (Gén 1, 1), y al hombre, creado a su imagen y semejanza (cf. Gén 1, 26). «Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno» (Gén 1, 31). Desde entonces, podemos decir con el salmista: «El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje» (Sal 19, 2-5).
Loado seas, mi Señor, y seguimos con el salmista: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies» (Sal 8, 4-7). «¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!» (Sal 8, 10).
El papa Francisco, en su encíclica Laudato si’ escribe: «Cuando insistimos en decir que el ser humano es imagen de Dios, eso no debería llevarnos a olvidar que cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios» (n. 84). La Jornada de Responsabilidad en el Tráfico de este año y la fiesta de nuestro patrono, san Cristóbal, queremos que sean una invitación a bendecir y loar al Dios de la creación, por tanta belleza como nos regala y por la oportunidad que nos brinda de contemplarla. Y queremos hacerlo con la sencillez de san Francisco en su Cántico de las criaturas.