Son incontables las personas que, bajo la advocación de la Virgen de la Merced, se han visto liberadas de sus prisiones, de ahí que sea patrona de las cárceles. En vísperas de esta fiesta y en conmemoración a los 25 años de la creación del centro penitenciario de Albolote, los responsables de la Pastoral Penitenciaria se acercaron a celebrarlo con los reclusos del centro.
Lo hicieron mediante una Eucaristía con ellos que acudió a presidir el Vicario Episcopal, D. Francisco Javier Espigares. Concelebrando con él asistieron los dos capellanes, D. Sorin Catrinescu y el presbítero trinitario D. Guillermo Melero, junto con el párroco de Alhama de Granada, D. Víctor Manuel Valero.
Además de ellos acudieron a la cita uno de los asistentes del centro penitenciario, César Carlos Castillo, junto con el resto de voluntarios habituales de la Pastoral Penitenciaria.
CON INTERNOS DE TODOS LOS MÓDULOS
Todos participaron en una Eucaristía a la que se calcula que asistieron unas 300 personas, entre funcionarios e internos de los distintos módulos. Algo excepcional teniendo en cuenta que los reclusos acuden a la Misa en días distintos en función del módulo al que pertenecen.
En este día festivo se leyó el Evangelio de las bodas de Caná. El Vicario Episcopal animó a todos durante su predicación a no ser “cristianos aguafiestas” sino al contrario, el llevar la alegría que viene de sentirnos amados por el Señor.
“Fue una alegría poder verse todos juntos, hombres y mujeres”, explica el responsable de la Pastoral Penitenciaria, D. Sorin Catrinescu. “Es precioso que vean que no están abandonados por el Señor, con la presencia de la Iglesia al más alto nivel. Esto les ayuda y para ellos es muy importante”.
Antes de que los internos fuesen regresando a sus respectivos módulos, algunos tuvieron tiempo de entablar un rato de conversación con el Vicario Episcopal y el resto de voluntarios.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social