Celebrado el pasado 20 de abril.

La historia de las revelaciones de nuestro Señor Jesucristo a Santa Faustina Kowalska, la encíclica ‘Dives in misericordia’ de San Juan Pablo II y las gracias prometidas en el establecimiento de la festividad de la Divina Misericordia introdujeron el penúltimo retiro de este curso de Mater Christi en Granada.

Comprender la misericordia en relación con el amor es la clave para entender la realidad misma de este atributo de Dios. De hecho, en ‘Dives in misericordia’ se invita a dejarse guiar en la vida por el amor y la misericordia teniendo como principio la revelación del amor-misericordia de Dios. Esta premisa es el núcleo del mensaje mesiánico: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22, 37-39).

En el Catecismo de la Iglesia Católica se puede leer que -el Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores (cf Lc 15)-, una verdad que se ha transmitido en el retiro para demostrar cómo Jesús hace de la misericordia uno de los temas principales de su predicación. A través de las parábolas nos ha mostrado un amor personal e intransferible; la alegría del cielo por el arrepentimiento de un solo pecador; el respeto absoluto de Dios por la libertad del hombre, motivo también de sufrimiento por el mal uso y tergiversación; y la presencia de la Eucaristía, entrelazándonos a su amor por la sangre de la Alianza.

 San Agustín nos recordó al final de la reflexión que Dios necesita de nuestra colaboración en el plan de salvación, ya que desde la pasividad o la tibieza es imposible vivir el estado de amistad con Él. Desde la libre cooperación para ir al cielo y el respeto absoluto a nuestra libertad se entiende que -Dios, que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti- (San Agustín, Sermón 169, 11, 13).
Gregorio Cuenca Zafra
Mater Christi, Granada