Graziella Cuccu ha estado durante unos días en España, recorriendo algunas de las diócesis del sur donde ha llegado la cruz de Lampedusa, en su recorrido por todo el mundo. También en Granada, donde la cruz estuvo con nosotros durante el mes de noviembre. A nuestra diócesis ha llegado Cuccu, a quien hemos entrevistado, para hablarnos de esta cruz que el Papa pidió llevar a todo el mundo, y que empieza a dar sus frutos. Durante su visita a Granada, Graziella nos habla de cómo esta cruz, hecha con trozos de las maderas de embarcaciones naufragadas en 2013 con inmigrantes en las costas de Lampedusa y que recorre el mundo desde 2014, tras ser bendecida por Francisco, cambia los corazones.
– Esta cruz nos despierta del drama que está ocurriendo en las aguas del Mediterráneo, donde mueren personas.
Es un drama muy fuerte. El drama lo despertó el Papa Francisco cuando estuvo en Lampedusa, porque se había hundido este barco con 346 muertos; y después, cuando el Papa Francisco estuvo en Lampedusa, que dijo “dónde está tu hermano”. Es una vergüenza esto. El mediterráneo es el cementerio más grande del mundo. En Lampedusa son sensibles a esto. Intentan ayudar todo lo que pueden.
– Cómo es esa ayuda para visibilizar este drama al mundo entero.
Para ayudar está Francesco Duccio, que es un carpintero. Nosotros como Fundación hemos hecho la “Puerta santa”. La primera puerta santa que nombró el Papa Francisco en el Año de la Misericordia fue la de Paladini, que es un artista y que la hizo en Lampedusa. De allí salió la idea de hacer la cruz. Le pedimos a Francesco Duccio que tenía que ser una cruz grande, para ser un reclamo fuerte. Le dimos el tiempo que necesitase y le dijimos que Dios le ayudará a encontrar la madera. Después de dos meses, no sólo encontró la madera del barco que se había hundido, sino que la cruz tiene tres clavos, que son originales del barco. Hizo la cruz y nosotros la llevamos de Lampedusa al Vaticano. Cuando el Papa Francisco la vio, la bendijo. Al principio, para nosotros era un regalo para el Papa, pero cuando la vio, la adoró y la bendijo, y nos dijo “esta cruz tenéis que llevarla por todo el mundo, porque es el signo del drama que estamos viviendo hoy”.
– Una cruz que lleva consigo una llamada por tantos que sufren…
Representa a todos los inmigrantes. Y también a quien muere de hambre, de enfermedad, a quien no tiene casa. Representa a todos los que necesitan ayuda. Cuando la gente se acerca a la cruz de Lampedusa y tengo la oportunidad de hablar con alguien, me dicen “esta cruz tiene algo fuerte, es como si te llamara, como si te estuviera cogiendo”. Yo creo que en el momento en que el Papa la bendijo puso su corazón. Porque este drama que estamos viviendo hoy, para él es una cosa que no le deja dormir. Es una preocupación para él.
– La cruz lleva tres años recorriendo España y desde 2014 por todo el mundo, gracias a la Fundación “Casa del Espíritu y de las Artes”. Háblenos de esta Fundación.
Un artista es como un niño, tiene mucha fantasía. No tienes un filtro, eres una persona limpia. Y todo lo que es limpio, la Fundación lo coge. Todo el que necesita ayuda, nosotros lo acogemos. Todos los proyectos que tenemos son proyectos por los demás. Y para que la gente se acerque más a lo que es la Santa Eucaristía y hacer algo para los otros. Con el movimiento Encuentro y Solidaridad hemos hecho muchas cosas. Nos han ayudado en el recorrido de la cruz.
– ¿Habrá alguna presencia o señal que nos recuerde el paso de esta cruz por nuestra diócesis?
La cruz representa lo que está pasando hoy: otro holocausto. Nosotros no queremos que después de 50 años alguien diga “no, no ha pasado nada”. Entonces, lo que hago es dejar en cada diócesis una cruz pequeña. Es siempre una cruz hecha con la misma madera de los barcos, que llegan, últimamente, sobre todo, de Libia. Los barcos que han golpeado contra las rocas y se rompen, con esta madera se hacen pequeñas cruces y firmadas por Francesco Duccio, porque esto garantiza que es madera real de los barcos, no madera encontrada en cualquier sitio. Y estas pequeñas cruces las dejo en las diócesis. Yo pido a las diócesis hacer actos, para que la gente se acuerde de todo esto. En Granada, habrá una de estas cruces.
– La cruz nos despierta a este drama, pero también habrá abierto corazones.
Mucho, mucho.
– Qué testimonios o referencias conoce de ese cambio del corazón ante esta cruz.
Yo voy a las diócesis, antes o después del paso de la cruz por ellas, y me encuentro con gente que ha podido adorar o rezar ante la cruz, y lo primero que me dicen es que no esperaban ver una cruz tan pobre. Normalmente, una cruz tú te la imaginas con oro o joyas. Esta cruz es tan pobre y tan sencilla, que te llama para acogerte y para darte confort. Yo he visto mucha gente llorar delante de la cruz, no sólo para pedir ayuda a los inmigrantes, sino pedir ayuda para ellos, gente enferma o que tenían en casa gente enferma, o que habían perdido el trabajo. Le piden ayuda a la cruz. Y la cruz parece de verdad que te acoge. Es algo que para entenderlo tienes que vivirlo. Yo siempre que me encuentro ante la cruz es una emoción como el primer día. Siempre. Es un amor para Jesús esto y lo que representa: que ha muerto para salvarnos a nosotros. Aquí lo mismo: intentamos que alguien despierte y ayudar a quienes mueren en el mediterráneo.
– ¿Hay algún proyecto de la Fundación vinculado a la cruz de Lampedusa y su paso por nuestra diócesis de Granada?
Nosotros los proyectos que tenemos están vinculados uno al otro. Tenemos un proyecto llamado Custodia, hecho por un artista italiano. Me dijo el presidente de la Fundación que teníamos que encontrar algo que recuerde a la gente dónde ha nacido Jesús; que Jesús ha nacido pobre. Hemos encontrado un pueblo llamado Kibera, en Kenia, que es el pueblo más pobre del mundo. Viven en casas hechas de lata, no tienen luz ni agua. No tienen nada, ni siquiera para comer. Nosotros hemos comprado la lata y hemos hecho una custodia, que es un palo que se clava al suelo. Esto porque del suelo nosotros nos comunicamos con Dios hacia el Cielo. En la parte de arriba hay una Sagrada Forma grande. Esto lo hemos hecho para que pueda repartirse la Santa Eucaristía fuera de la iglesia. Y se hará un sagrario, hecho de la misma lata. Estamos preparando todo para que el Papa Francisco pueda bendecirlo. Y repartir un sagrario por cada diócesis, de tal manera que cuando se reponen dentro las sagradas formas tienen también la bendición del Papa Francisco. Es una manera de ayudar a la gente a tener más conciencia de que el Cuerpo de Cristo es sagrado. Nosotros lo que hacemos con esto es despertar esta conciencia de la gente con la cruz, ante el drama que estamos viviendo hoy, y con la Santa Eucaristía. Nosotros tenemos “laboratorios” (ndr. fábricas) en todo el mundo, donde se hacen las sagradas formas. Pagamos las máquinas y ayudamos a quienes van a trabajar en ellos para producir las sagradas formas. La primera de estas fábricas ha sido en una cárcel de máxima seguridad en Italia, donde las sagradas formas son hechas por presos en cadena perpetua. Antes, estos presos han hecho un recorrido para arrepentirse de lo que habían hecho y comprender el daño y el mal que habían hecho, y elegir qué hacer: el bien o el mal. Ellos eligieron que querían trabajar con el bien. Actualmente, son cinco presos que producen sagradas formas para todas las iglesias de Lombardía. Estas fábricas las hemos abierto en otros sitios del mundo.
– ¿Y en Granada, también?
Sí, en Granada vamos a abrir un laboratorio. El primero y el segundo fueron en Italia, el tercero en Etiopía. En Etiopía, el cura que se ocupa de esto se llama D. Angelo, que se ocupa de los niños que viven en la calle. Son niños sin nombre. En Sri Lanka, las familias que no tienen casa, el sacerdote ha hecho una casa y está acogiendo a estas familias y allí hacen sagradas formas. En Buenos Aires, con el padre Adrián Bernardis, que trabajan con chicos que salen de las drogas. Aquí, en Granada, trabajarán haciendo estas sagradas formas chicas menores que no tienen familia. De ellas y de coordinar el proyecto en Granada se ocupará D. Salvador Cifuentes, Delegado de Migraciones en Guadix.
– Un proyecto que es una obra de misericordia también…
Es un proyecto del Papa Francisco. Los primeros que hicieron las sagradas formas, los presos, los hemos llevado a Roma. Hemos conseguido que salieran de la cárcel, para ir al Vaticano, gracias también al director de la cárcel, que nos ha ayudado y fue muy amable. El Papa Francisco los ha bendecido y ha bendecido el proyecto, y ha bendecido 15.000 formas.
Paqui Pallarés
Directora de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada
Escuchar entrevista en “El Espejo” en COPE Granada (87.6 FM) y COPE Motril (95.2 FM)