Esta semana la Curia Metropolitana acogía la presentación de los trabajos de restauración, encargados por la Capilla Real al Instituto Andaluz de Patrimonio, del Estandarte de Caballería y los dos Guiones de Isabel y Fernando, todos ellos piezas de gran valor histórico que forman parte de la colección de recuerdos que los Reyes depositaron en este templo del conjunto catedralicio.
A la presentación, abierta a todo el público y medios de comunicación, asistieron D. Manuel Reyes, Capellán Mayor de la Capilla Real, y Antonio Granados, Delegado Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, acompañados por los granadinos.
La ponencia fue impartida por Gabriel Ferreras Romero, historiador del arte, y Carmen Ángel Gómez, técnica en conservación-restauración de textiles, que formaron parte del equipo técnico que ha desarrollado la intervención encargada por la Capilla Real al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
PROCESO DE RESTAURACIÓN
Las tres banderas, datadas en el siglo XV y catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), poseen indudables valores culturales e históricos vinculados a su uso y significado, además de ser elementos museísticos de primer orden.
Carmen Ángel y Gabriel Ferreras explicaron a lo largo de sus respectivas intervenciones cómo ha sido todo el proceso de limpieza y restauración de las tres banderas, el estandarte real y los guiones de los Reyes Católicos. Las piezas están realizadas en seda en brocado carmesí y los escudos pintados con pan de oro. Las alteraciones más acusadas que presentaban eran acumulación de polvo en toda la superficie, roturas y deformaciones del tejido, así como pérdidas de soporte y pintura. “Los guiones de Isabel y Fernando, tras la eliminación de intervenciones anteriores, se han limpiado y alineado para corregir deformaciones y, para darle consistencia, se han consolidado con un soporte de algodón teñido con la tonalidad del tejido original”, resaltaron.
En cuanto al Estandarte Real señalaron que se había realizado una drástica intervención en los años 70 que consistió en recortar y adaptar gran parte de los fragmentos existentes a un nuevo soporte y se pintó sobre los desaparecidos para completar los dibujos de los cuarteles. Esta actuación afectó a la pintura y tejidos así como al tamaño de la obra, que quedó reducida a tres cuartas partes de la representación heráldica.
Al conservarse en la Capilla Real algunos fragmentos y al haber reproducido a tamaño natural el diseño del tejido de damasco y el esquema básico de los escudos, se determinó devolverle a la obra sus dimensiones originales. Tras separar, limpiar y corregir las deformaciones de los fragmentos del soporte de los años setenta, se han colocado sobre un nuevo soporte siguiendo el diseño del dibujo del damasco, recuperando así las dimensiones del Estandarte Real que en origen eran de 176 cm de ancho por 152 cm de alto.
Se han realizado análisis químicos en muestras de la pintura y en los tintes de los tejidos y flecos. Los resultados han determinado que la técnica pictórica es óleo, concretamente aceite de lino. La identificación de los hilos y del colorante empleado en el teñido de los tejidos de damasco de cada una de las banderas permite afirmar que fueron realizadas en la época de los Reyes Católicos.
Tras la conferencia, los granadinos visitaron la Sacristía-Museo de la Capilla Real donde están expuestas estas piezas.