“En el Jueves Santo Jesús descubre, primero a sus discípulos, y con ellos a nosotros los cristianos y al mundo entero, el sentido verdadero de lo que va a ocurrir al día siguiente: los sentimientos más profundos que dominan en aquellos momentos su corazón”, explicó. “Esta revelación la hace Jesús en dos momentos diferentes: el lavatorio de los pies y la institución de la Eucaristía”.
Como en toda la Iglesia universal, la Catedral acogió el gesto más destacado de la liturgia del Jueves Santo: el lavatorio de los pies, con el que Jesús nos pidió amarnos unos a otros como Él nos amó.
“El mandato de Jesús es el amor, porque Dios es amor. Nunca lo pensaremos suficientemente. Dios, el misterio original de las cosas, la afirmación infinita del ser, de la realidad de la vida es amor, y nosotros entramos más en la vida y recibimos más vida de Dios cuanto más sinceramente nos instalamos en el amor. Un amor que es servicio, sacrificio, generosidad, no posesión, no dominio, ni mucho menos explotación de los demás. El amor es la vida de Dios, es la vida eterna. Y tiene que ser, para ahora y para después, nuestra suprema aspiración”.
Asimismo, de la institución de la Eucaristía, Mons. Sebastián nos invitó a salir de nosotros mismos para acudir al encuentro de Jesús en ella: “Salgamos de nosotros mismos, salgamos de la pequeña cárcel de nuestros egoísmos, y acudamos al encuentro de Jesús en la Eucaristía. Él nos ofrece cada día el gran Amor de Dios. Ese amor que es el origen y el fin de nuestra vida. Ese amor que es la forma más alta y verdadera de vivir, en el cual está el remedio de todos nuestros males, de todos los egoísmos, de todas las injusticias, de todos los conflictos. Un remedio que lamentablemente nuestro mundo no quiere comprender ni aceptar. Pero el amor de Jesús consumado en la cruz sigue siendo para siempre, lo aceptemos o no lo aceptemos, la única salvación de la humanidad”.
Concelebraron la Eucaristía el Deán de la Catedral D. Juan Gutiérrez y los canónigos D. Manuel García Gálvez y D. Antonio Muñoz Osorio, con la participación del Coro de la Catedral “Santa Cecilia” dirigido en su nueva etapa por la salmista Pilar García Morillas. Asimismo, la colecta del Jueves Santo, Día del amor fraterno, está destinada a Cáritas Granada, para que continúe con su labor de ayuda a las familias necesitadas de nuestra Diócesis.
RESERVA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Dado que el Viernes Santo, día de la Pasión del Señor, no se consagran el pan y el vino para la Comunión, Mons. Fernando Sebastián reservó el Santísimo Sacramento en una capilla de la nave lateral del templo catedralicio. Hasta allí acudió en procesión por la nave central Mons. Sebastián con el pan y el vino consagrado en la celebración del Jueves Santo, para depositarlo en el Sagrario de dicha capilla. Con ella comulgará el pueblo cristiano, que también acompañó al término de la celebración del Jueves Santo en una pequeña procesión hasta dicha capilla.
Por otra parte, la Catedral acoge el rezo de Laudes a las 9:30 horas, y a las 17 horas, tendrá lugar la celebración de la Pasión del Señor, en la que se dará a besar y adorar la cruz de Cristo al pueblo cristiano.
Leer homilía de Mons. Fernando Sebastián
Paqui Pallarés