Fecha de publicación: 25 de septiembre de 2019

“Ese es el problema, que hay gente que no vive del trabajo, sino que se vive para trabajar”, esto dice el Director del Secretariado de la Pastoral Obrera y del Trabajo de Granada, cuando nos confirma que uno de los invitados a dar testimonio sobre su difícil realidad laboral no puede asistir al acto por una llamada de trabajo de última hora a la que no puede negarse por lo difícil de su situación.

Es sabido que la provincia de Granada se caracteriza por ser actualmente una de las regiones con una tasa mayor de paro, tanto en Andalucía como en el resto de España. No solo eso sino que, además, muchas veces la realidad del trabajador no es tan digna como debiera y este se ve obligado a moverse en un marco de empleo en condiciones precarias.

La Pastoral Obrera, bien consciente del problema, invita mañana a un encuentro abierto con varias personas que trabajan dentro de alguna de esta situaciones precariedad laboral. Según han confirmado, al acto acudirán dos personas del sector de la hostelería, otra dedicada al cuidado de personas y un trabajador del mundo del reparto.

Este encuentro es una forma de suscitar un diálogo en el seno de la Iglesia entre todos los fieles acerca del problema laboral, acercando a las distintas partes y como ocasión de hacernos partícipes de este problema que lleva a no respetar los derechos y la dignidad de las personas.

A esta propuesta se le sumará una Vigilia de Oración en la misma parroquia del Carmen, que tendrá lugar el próximo viernes 4 de octubre a las 21 horas, con ánimo de orar por este problema laboral en la diócesis.

“EL EMPLEO YA NO ES SINÓNIMO DE INTEGRACIÓN”

“El disponer de un empleo ya no es sinónimo de integración”, esa es una de las conclusiones a las que llegó la publicación del VIII Informe FOESSA en su análisis de la realidad del mundo del empleo durante el último año, especialmente desde la punto de inflexión que fue la Gran Recesión económica del 2008.

En este informe, llevado a cabo por la Fundación FOESSA fundada por Cáritas, se hablo de cómo el “proceso de salida” de la recesión llevó a “la ruptura parcial de cuatro grandes pactos sociales: El pacto fiscal redistributivo, el pacto laboral entre los trabajadores y las empresas, plasmado en los convenios colectivos; el pacto intergeneracional, materializado en el sistema de pensiones bajo la modalidad de reparto; y el pacto interterritorial que permitía aproximar las prestaciones sociales de los ciudadanos independientemente de su lugar de residencia”.

Los cambios suscitados por esta crisis son un añadido más a este “cambio de época” en el que la Iglesia también se encuentra inmersa; un cambio del que se deriva, según el informe, una mayor desconfianza social hacia las élites y un individualismo posesivo, en el que la persona se repliega sobre sus propios problemas.

Al mismo tiempo, se corre el gran riesgo de ahondar en la exclusión social, no solamente de los colectivos sociales ya de por sí excluidos, sino del núcleo social más cohesionado, empezando por la propia familia.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada