Ya en el punto de salida, la parroquia de Nuestra Señora de Gracia, se presentaba abarrotada a eso de las 18:00. Todas las familias y los cientos de jóvenes y niños que no entraban dentro de la iglesia, esperaban fuera expectantes la salida de esta luz que el grupo de scouts católicos traen por estas fechas en peregrinación desde la Gruta de la Natividad en Belén.
El párroco de Nuestra Señora de Gracia, D. Miguel Ángel Morell, junto al Delegado de la Pastoral de Juventud, D. Javier Ortega, adornados con los colores del Adviento, preparaban a todos los grupos venidos de todas partes de Granada para salir en orden en la procesión. Los niños venidos desde parroquias y colegios del centro de Granada, además de poblaciones como Monachil, Atarfe, Órgiva, Dúrcal, Cónchar, Armilla… se distinguían entre la multitud alzando sus respectivas pancartas identificativas.
Un pequeño grupo de scouts, se preparó para llevar el ya conocido farolillo, sujeto bien atado a una sencilla estructura hecha de bambú, para iniciar el primer tramo de recorrido, dando la vuelta a la Plaza y subiendo por la calle Gracia.
Delante de una pancarta azul con el lema de este año, “Exista la Luz”, los distintos grupos no tardaron en arrancarse con villancicos, que podían escucharse desde cualquier esquina cercana. Todos los jóvenes scouts, los niños con faroles, padres acompañantes y madres con guitarras, se juntaban y hacían bromas unos a otros mientras no dejaban de cantar a lo largo de todo el recorrido.
En el cruce con la calle Alhóndiga y ya después de subir por la calle Paz, la procesión se topaba con decenas de curiosos, turistas y del lugar, que se paraban a hacer fotos, preguntando “¿de qué es la manifestación?”, al contemplar la cola multitudinaria y las pancartas que desaparecían al fondo de la calle.
La luz desde la catedral
Con la catedral prácticamente a oscuras, apenas iluminado por el Nacimiento erigido a un lado del altar, los grupos pudieron pasar ordenadamente y en silencio, mientras esperaban la entrada de la Luz dentro de la iglesia.
El Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, acompañó la entrada de la luz traída desde Oriente entre cantos: “poneos en pie/alzad la cabeza/mirad que ya llega/el Hijo del Hombre a la tierra”. La S.I. Catedral ocupaba todos sus bancos y los niños podían situarse cerca del altar, en el suelo con esterillas.
“¿Sabéis una cosa? Cada año sois más”, empezó diciendo D. Javier dirigiéndose a los niños. “También es verdad que hay personas mayores que les gusta venir y les gusta veros, y no sólo vuestros papás; pero todos los que estamos aquí hoy, tengamos la edad que tengamos, somos todos niños”.
Tras la bendición de la Luz de la Paz de Belén y de la proclamación del Evangelio, el Arzobispo pasó después hablar sobre el sentido de este gesto y de la simbología de la luz. “Lo que quiero deciros es muy sencillo, y es que un mundo sin Jesús es un mundo a oscuras, (…) porque termina quedándose nuestro corazón a oscuras, nuestra vida a oscuras. Y hoy, aunque haya muchas luces, en las tiendas y en todas partes, muchas personas viven con el corazón a oscuras”.
Dentro de un ambiente familiar en el que no faltaron los cantos, y después de una pequeña catequesis con los niños, se llevaron a cabo peticiones por la Paz, la conversión de la Iglesia, el amor entre las familias y el perdón.
Tras un pequeño momento de oración y la bendición final, todas la familias y parroquias se acercaron al altar para encender sus velas y llevárselas a casa, más que dispuestos para la llegada de la Navidad.
Ignacio Álvarez
Delegación de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada