Las fiestas de San Miguel, patrón de Murtas y titular de la parroquia, se celebran cada año el último fin de semana de septiembre.
Se celebra en esos días porque se busca fomentar la reunión de familias y la celebración de las raíces con aquellos que los guiaron desde la infancia, transformando este evento en una festividad donde la comunidad, la parroquia y la familia se fusionan en una única realidad.
Las festividades tuvieron lugar en la plaza de la iglesia, conectando la dimensión religiosa con la cultural y social. Tras la conclusión de la eucaristía y la procesión, los fieles compartieron una comida en las fiestas locales del pueblo.
Es digno de mención que la iglesia de Murtas se destaca como una de las más grandes de la Alpujarra.
Las festividades se extendieron a lo largo del fin de semana, con actuaciones musicales y comidas populares, alcanzando su punto culminante el domingo con la Eucaristía y la procesión. La Eucaristía fue muy participativa, incluyendo una tradicional procesión de ofrendas, donde la comunidad presentó símbolos característicos de sus vidas cotidianas, como frutos del trabajo del campo, hermosas flores e instrumentos musicales. Estos elementos realzaron el significado del momento en el que se ofreció el pan y el vino, representativos del trabajo y la vida cotidiana de la gente, que luego fueron consagrados.
Durante la Eucaristía, se prepararon a ambos lados del altar las imágenes de San Miguel y la Santa Cruz, adornadas con flores y grandes roscas de pan como “mandas”, que son ofrendas realizadas en agradecimiento o petición de una gracia especial, confiando en la intercesión de San Miguel.
En esta celebración destacó la colaboración del ermitaño consagrado Paco, quien colabora con la parroquia de Murtas y es un testimonio vivo de una vida dedicada por completo a Cristo a través de la oración y el servicio.
La celebración incluyó lecturas realizadas por jóvenes y actuaciones musicales a cargo de la A.M. San Luis Rey de Albondón, una banda compuesta por jóvenes de la Contraviesa, algunos de ellos originarios de Murtas. También se contó con la participación del coro parroquial, que ha mantenido su compromiso con la música litúrgica desde su adolescencia. Además, Albert, un nativo del pueblo apasionado por la música litúrgica desde su infancia, ofreció algunas piezas musicales con el órgano.
Las celebraciones fueron presididas por el párroco D. Antonio Guzmán.
La devoción al patrón, San Miguel, es profunda, y varios pueblos de la Alpujarra comparten este patronazgo. La iglesia permaneció abierta todos los días, incluso después de la procesión, permitiendo a los devotos saludar a su santo patrón independientemente de la hora.