Fecha de publicación: 8 de febrero de 2016

Tras la participación en cuatro sesiones formativas sobre evangelización y misericordia, cerca de 80 personas de la Archidiócesis de Granada participarán en el envío misionero de evangelizadores de la misericordia, que tendrá lugar en la Catedral el miércoles día 10, durante la Eucaristía e imposición de la ceniza con la que iniciamos el tiempo de Cuaresma.

Los evangelizadores de la misericordia han participado durante cuatro semanas, a razón de un día por semana, en la llamada Escuela de Evangelizadores de la Misericordia, una iniciativa puesta en marcha por el Arzobispado de Granada en el marco del Año de la Misericordia.

Entre los ponentes en las sesiones han participado el Arzobispo Mons. Javier Martínez, el Vicario General-Moderador de Curia y párroco de Deifontes, D. Francisco Espigares, la Vicecanciller del Arzobispado, Teresa Rodríguez, y el Vicario de Pastoral del Clero, D. Blas Gordo. En las sesiones se han profundizado en el tema de la misericordia y la evangelización en nuestro tiempo, y se han ofrecido diversos testimonios y experiencias desde la fe, así como dinámicas prácticas para comunicar la misericordia, especialmente en las catequesis con jóvenes y adolescentes.

En su sesión formativa, con el título “Jesucristo, Rostro de la Misericordia del Padre. La Iglesia, hogar de la misericordia”, nuestro Arzobispo habló de la relación de la Iglesia, de la relación de la Iglesia con Cristo y de la relación de Cristo con el Padre, al mismo tiempo que remitió al reciente libro “El nombre de Dios es misericordia” del Papa Francisco y a la encíclica “Dives in misericordia” de san Juan Pablo II, para profundizar en el tema de la misericordia.

El envío de estos evangelizadores de la misericordia tendrá lugar durante la Eucaristía e imposición de la ceniza en la Catedral a las 20:30 horas, presidida por Mons. Martínez. Iniciamos así un nuevo tiempo litúrgico (Cuaresma), que nos llevará a vivir un tiempo de conversión del corazón hasta conducirnos a la Semana Santa, con la que hacemos memoria de la Pasión, muerte y Resurrección del Señor, es decir, la semana en la que el Señor se entregó a la muerte para darnos vida y para vencer el pecado, el mal y la muerte.