El pasado jueves volvió a ser uno de esos jueves que brillan más que el sol. Después de dos años sin poder procesionar, cientos de granadinos pudieron disfrutar de nuevo de la celebración de la fiesta del Corpus Christi.

Los fieles que abarrotaron la Catedral volvieron a ver al arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, que concelebró desde una silla de ruedas, convaleciente aún de su operación de espalda. Presidió la celebración el obispo emérito de Almería, Mons. Adolfo González Montes. El prelado quiso recordar que “el Cuerpo de Cristo es comunión con él y comunión entre nosotros. El pan está para ser comido, para ser compartido, para alimentar nuestra vida y que no muramos”.

“Esta fiesta nos tiene que hacer aterrizar en nuestra propia realidad cotidiana de fe”, añadió González Montes. “La crisis de fe en la Eucaristía es siempre una crisis de fe en Dios y en su salvación, que es social”. Haciendo alusión a la dimensión social de esta salvación, recordó la importancia de esta vida de fe fundamentada en la comunión eucarística a la hora de vivir el proceso sinodal “llamado a dar solidez a la unidad cristiana y no a excluir, ni a dividir”.

Bajo una ola de calor algo inusual en este mes de junio, la custodia con el Cuerpo de Cristo volvió a salir en su tradicional recorrido por Pasiegas, Mesones, Puerta Real, Reyes Católicos y Gran Vía, antes de volver a entrar al templo catedralicio por Cárcel Baja.

Al largo cortejo de la procesión acompaño el ambiente de fiesta vivido durante los dos días, con la participación de cientos de fieles así como representantes de los poderes políticos y militares. Junto a la tradicional tarasca, los cristianos de Granada aparecieron vestidos con sus trajes regionales junto a los niños de comunión.

Con altares embelleciendo las esquinas y petalás desde balcones tapizados, los granadinos también adoraron al Santísimo el domingo, durante la Solemnidad propia del Corpus. El dean de la Catedral, D. Eduardo García, presidió la celebración junto al resto de hermanos del cabildo. Esta vez el Santísimo volvió a aparecer llevando a cabo un recorrido más corto, atravesando las calles Alhóndiga e Hileras antes de su regreso por la plaza de las Pasiegas.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social