En septiembre.
El Mes de la Biblia ha introducido el primer retiro espiritual de Mater Christi de este curso. La Sagrada Escritura es la revelación para conocer a Dios, ayuda a conocerse uno mismo, con el objetivo de mantener una visión esperazadora y misericordiosa de nuestra vida. La Sagrada Escritura es también lámpara para los pasos, luz en el sendero (Sal 119), ya que siempre tiene un mensaje para iluminar la situación actual. Asimismo, nos hace partícipes de la reflexión y oración de toda la Iglesia, participando en la unidad y universalidad de la Iglesia, y es un diálogo con Dios, ya que leer la Biblia nos sitúa en una estrecha relación con nuestro Padre (Abba).
Estamos aún inmersos en el Año de la Oración convocado por el Papa Francisco el 21 de enero del presente año. El llamamiento a intensificar la oración tiene como misión “redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y del mundo”. El documento “Enséñanos a Orar” pretende ser un instrumento para acompañar en la apertura de la Puerta Santa y prepararnos para el Jubileo 2025. Este tiempo de gracia supondrá un impulso para meditar el gran don de la misericordia divina que siempre nos espera, y alcanzar la definitiva conversión de corazón.
Por último, el Catecismo de la Iglesia Católica ha permitido asentar las bases de la oración partiendo de la situación existencial personal, reconociendo que, solamente desde la humildad, se puede responder a Aquel que siempre toma la iniciativa. Su invitación es semejante a la petición de agua, sed que Dios tiene de que el hombre tenga sed de Él (San Agustín, De diversis quaestionibus octoginta tribus 64, 4). Nuestra oración de petición es una respuesta, una respuesta de fe a la promesa gratuita de salvación. Además, contamos con la intercesión de quienes pasaron largas horas hablando y tratando con sencillez y veneración con Jesús, María y José.
Introducidos por el Espíritu Santo, aprendamos de ellos a dialogar y a relacionarnos con Jesucristo, camino para dirigirse al Padre.
Gregorio Cuenca Zafra
Mater Christi, Granada