En el centenario de su fallecimiento. Jueves, 23 de noviembre
Semblanzas: “Don Andrés Manjón y Manjón: catedrático, canónigo y educador”. En el centenario de su fallecimiento
Prof. Dr. Andrés Palma Valenzuela, Facultad de Ciencias de la Educación, UGR
Acompañan: D. Antonio Manuel Almendros Gallego, Presidente de la Fundación Patronato Ave María, Granada; D. Enrique Gervilla Castillo, Vicepresidente de la Fundación Patronato Ave María, Granada
Lugar: Salón de actos del Centro Cultural Nuevo Inicio, Plaza Alonso Cano, nº 1
Hora: 19’30 h.
Colabora: Librería Cruz de Elvira
Centro Cultural Nuevo Inicio

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«Con ocasión de la celebración del Centenario de la muerte de Don Andrés Manjón en 2023, ofrecemos un acercamiento a este profesor universitario, sacerdote diocesano, canónigo de la Abadía del Sacro Monte y fundador de las Escuelas del Ave María (1889) y de su Escuela de Magisterio (1905) como singular figura del mundo educativo de la España entre siglos cuya vigencia es total. La recia personalidad de este extraordinario sacerdote educador tuvo una influencia enorme en las dos primeras décadas de este siglo XX, en España. El Rey Alfonso XIII, ministros de Instrucción pública, directores generales, pedagogos, inspectores, profesores de Normales, maestros españoles y extranjeros, superiores de congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza, personas pertenecientes a la nobleza, periodistas, desfilaron por las Escuelas del Ave-María y se entusiasmaron con la ingente labor que venía realizando este modesto sacerdote que entregó todas sus energías al servicio de los más necesitados, y que renovó profundamente, con sus intuiciones geniales, la escuela pasiva y memorística de su tiempo, creando una escuela activa y alegre. El granadino Antonio Montero Moreno, Arzobispo de Mérida-Badajoz, natural de Churriana de la Vega e hijo de avemarianos, le definió así en los años sesenta:

“En la paz madura de un atardecer granadino, desdoblando el Camino Sacromontano, cabalgaba, soñador, don Andrés. Arriba, la orquesta palpitante de la pajarería. En el horizonte vecino, el marco tiznado de una cuevas gitanas. Al fondo, el lamento fugitivo del  Darro, y enfrente, el gesto compasivo de la Alhambra […] Una idea conquistadora se hospedaba aquella tarde en su espíritu. El lomo desigual de su asnilla se estremeció también, presintiendo exaltaciones. ¿Sería don Andrés un jinete del espíritu? Las grandes figuras  de nuestra Historia fueron a caballo; El Cid, El Gran Capitán y D.ª Isabel por tierra; por el aire D. Quijote, y Santiago por el cielo; ¿por dónde cabalgaría don Andrés? […] D. Andrés notó en España sequía de educadores; no hizo rogativas perezosas por una lluvia de pedagogos; enseñó y educó, muy en la realidad, sin dejar de soñar;  fue como el arado que se clava hondo en la tierra, pero sin pararse en ella. El hombre es carne y espíritu, fantasía y realidad, fruto y flor […] Llegó la hora de fundir a Sancho y D. Quijote”.»
Andrés Palma