Queridos hermanos, sacerdotes concelebrantes, querido diácono;
queridos seminaristas;
queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes y niños:
¡Feliz Pascua de Resurrección!
¡Cristo ha resucitado! No podemos buscar entre los muertos al que está vivo. Me han pedido que esta homilía sea breve, porque, si no, tendríamos esperando a las procesiones siguientes. Y así voy a hacerlo. Pero no quiero dejar de recordaros, y recordarme, la grandeza de este día.
Hemos escuchado en la Primera Lectura el hecho de cómo explican los apóstoles el hecho de la Resurrección del Señor. Jesús ha resucitado y ellos han sido testigos. Y nuestra fe se basa en ese testimonio. Ciertamente, en el sepulcro vacío, pero, también, y sobre todo, en el testimonio de aquellos que fueron los primeros seguidores de Jesús y que nos lo han contado.
Hemos escuchado el Evangelio, que nos muestra el hecho de la Resurrección del Señor y cómo las mujeres se convierten en anunciadoras de la mayor de las noticias cristianas: que Cristo ha resucitado, que Cristo ha vencido al pecado y a la muerte.
Y hemos escuchado también un texto de la Carta de San Pablo a los Romanos, donde nos invita cómo tiene que ser nuestra vida teniendo en cuenta que Cristo ha resucitado. No seguimos a un muerto ilustre, que se nos pierde en la noche de los tiempos. Cristo no es una idea. Cristo no está enterrado en ningún sitio. Cristo está vivo, ha resucitado.
Hemos escuchado también la secuencia, ese bello canto en que se le pide a María Magdalena “dinos, María, qué has visto en el camino”. “A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. Resucitó, de verás, mi amor y mi esperanza”.
Pero, quiero deciros que estoy impresionado realmente por la Semana Santa de Granada. Ha sido una lección de fe encarnada en un pueblo, una fe viva entre nosotros, en vuestras familias y que hoy manifestáis trayendo a vuestros hijos y a los más pequeños, a los que he visto también en los desfiles procesionales. Con esa fe heredada de nuestros mayores, de nuestros mayores. Con esa fe que da sentido a la vida y que nos hace mirar la existencia con los ojos de Dios, con los ojos de Cristo Resucitado, con la misión cristiana de la existencia.
Queridas familias, queridos hermanos y hermanas, queridos fieles del Pueblo de Dios en Granada, no os dejéis arrebatar esa fe. Aunque tenemos miserias, aunque tenemos defectos, pero mantener a flote esa fe. Actualizadla y llevadla a la vida de manos de la religiosidad popular, que nuestras hermandades y cofradías ponen en alto.
He quedado impresionado por el acto en el Campo del Príncipe ante el Cristo de los Favores, que es Cristo Resucitado que está vivo y que nos escucha. Y que nos dice que cualquier cosa que pidamos al Padre en Su nombre nos la concederá. Si mantenemos esa fe, tenemos esperanza. Si mantenemos esa fe y se la transmitís a los más pequeños con vuestras costumbres, con vuestras peculiaridades, en vuestros hogares, transmitidles, llevad a vuestros hijos a Jesús. El Cristo Resucitado, el Verbo de Dios hecho hombre es la vocación suprema, es la plenitud del ser humano. No podemos darle a nadie mejor que a Cristo.
La evangelización, el Evangelio es el gran regalo al que nos invita Jesús y a vivirlo entre nosotros. Y eso nos hace tener esperanza que traspasa la muerte. Nos hace tener el recuerdo vivo de quienes nos han precedido en la fe y, al mismo tiempo, nos da fuerza para cambiar el mundo, para hacer un mundo mejor.
Queridos padres, queridas familias, queridos jóvenes y niños, quered a Jesús. Cristo está vivo. Cristo es nuestro amigo. Cristo es nuestra vida, es nuestra resurrección.
Vamos a seguir con esta celebración gozosa y que vivamos el gran don de la Pascua. La alegría y la paz en nuestros hogares, en nuestras familias, en nuestro pueblo.
Que Santa María, alegre, a la que el Pueblo cristiano felicita por la Resurrección: ¡Alégrate, María! Que Ella nos ayude y nos proteja. Y con nuestras amarguras, que son las suyas, que son las de Cristo, las alivie con Su presencia materna.
Así sea.
+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada
9 de abril de 2023
Catedral de Granada