Se celebró con un concierto testimonio con un grupo de jóvenes de Misión Jatari, procedentes de Madrid, y posterior Eucaristía, en la que Mons. Gil Tamayo agradecía a los sacerdotes su misión, ministerio, entrega y servicio.
Próxima ya a las celebraciones litúrgicas del tiempo de Navidad, en el que conmemoramos el Nacimiento del Hijo de Dios, el clero diocesano se ha reunido en un nuevo encuentro en el Seminario Mayor.
A la convivencia navideña también ha asistido el arzobispo D. José María, quien, en sus palabras durante la homilía en la Eucaristía con la que concluía el retiro, les daba las gracias por su trabajo, misión, entrega, servicio, ministerio, por “vuestro desvivir”, les decía.
Concelebraron todos los sacerdotes, y en el presbiterio acompañaba al arzobispo el sacerdote que acaba de recibir la Ordenación el día anterior, Bryan Adonay Rivas Paredes. Les acompañaban en la celebración los seminaristas de los Seminarios San Cecilio y Redemptoris Mater, así como los miembros de la Asociación Jatari asistentes a esta convocatoria.
“Estos días al estar tan pendiente de la gente, al estar como ese instrumento para llegar a otro y anunciar a otros a Jesucristo, no os quedéis fuera. Tenéis que ser partícipes de una manera especial del Misterio”, señaló el arzobispo.
Les animó también a buscar el silencio interior en estos días de vorágine y festivos, también en medio de este tiempo tecnológico con los móviles, para “acercarnos al Misterio que se nos representa en un niño que nos da la mayor de las lecciones: que Dios nos ama hasta el extremo y nos ha dado a su Hijo Jesucristo”.
MISIÓN JATARI
La convivencia navideña comenzaba con un concierto testimonio a cargo de Misión Jatari, constituida hace unos años en Asociación de la mano de Obras Misionales Pontificias, integrada por jóvenes procedentes de distintos movimientos y realidades parroquiales, unidos en la misión.
“Es una herramienta al servicio de la Iglesia. A la Asociación puede venir quien quiera para formarse y llenarse del carisma de misión, para llevarlo a sus parroquias, sus movimientos, grupos o en sus ámbitos”, explicaba una de las participantes que han venido desde Madrid para estar en esta convocatoria del clero diocesano de Granada.
Jatari significa en quechua (idioma propio de Perú) “levántate”, de la que toma el nombre la Asociación “porque vivimos en una sociedad dormida, que muchas veces se deja llevar sin importar qué le suceda al de al lado mientras no me afecte a mí y me haga salir de mi zona de confort”, explican. Precisamente, de la misión en Perú y en España procede su actividad de colaboración en proyectos de misión.
Las letras de las canciones -dedicadas al Espíritu Santo y canciones de alabanza, entre otras- nacen de su propia experiencia misionera y con ellas quieren ayudar a orar a quienes le escuchan.
Los participantes de Misión Jatari que han venido a Granada respondieron a las preguntas de los sacerdotes, antes de dar paso a la celebración eucarística y comida fraterna en la que mutuamente se felicitaron la Navidad.