En el convento de San Antón, presidida por el arzobispo, que invitaba a adentrarse y contemplar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios que celebramos en Navidad.
A pocos días de la celebración de una de las mayores fiestas en la Iglesia -la Natividad del Señor- y cuando apenas queda una semana para concluir el Año de la oración al que el Papa Francisco nos convocó como preparación para el Jubileo 2025, el monasterio de San Antón ha acogido en la tarde de hoy día 21 la oración de vísperas y adoración al Santísimo Sacramento con la vida contemplativa y vida consagrada.
A la oración de vísperas en este IV Domingo de Adviento asistieron las monjas de vida contemplativa del propio monasterio, así como monjas procedentes de otros conventos y de la vida consagrada, entre ellos el presidente de CONFER Granada, Severino Calderón.
AGRADECIMIENTO
La oración fue dirigida por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, que expresó sentirse “muy contento, bien y apoyado por vuestra oración. Me siento apoyado por la vida contemplativa y consagrada”. “Qué sería de la Iglesia sin los religiosos y las religiosas, sin los monjes y las monjas”, se preguntaba el arzobispo, para, a continuación, responder que ellos son “un recordatorio de la primacía de Dios”.
En su alocución, pronunciada tras la lectura de la primera Carta de San Pablo a los tesalonicenses, el arzobispo les habló de la necesidad de “aislarse”, ante el “tiempo trepidante” que vivimos: “un tiempo que nos come, un tiempo de mensajes, redes, móviles, internet, ordenadores…”. Y frente a ello, Mons. Gil Tamayo recordaba la necesidad de ese aislamiento para buscar la “morada interior” o el “adentramiento, ir hacia dentro”, en palabras respectivas de Santa Teresa o Unamuno, como indicaba el arzobispo, para ver “la medida de nuestro cimiento sobre la roca de Jesucristo”.
En estos días a punto de iniciar la Navidad y de vivir ese nuevo tiempo litúrgico de la Encarnación de Dios, Mons. Gil Tamayo invitaba a la vida contemplativa y consagrada a adentrarse en ese Misterio que celebramos y a contemplarlo”, al mismo tiempo que les felicitaba la Navidad. “Que Santa María nos ayude a descubrir el Misterio. Que Ella nos haga participar de su alegría de madre y José de su contemplación y silencio de esposo y de padre”, concluyó.
La oración de vísperas y adoración al Santísimo Sacramento fue concelebrada por el Vicario de Pastoral, D. José Carlos Isla Tejera, y el delegado diocesano para la vida consagrada, D. Francisco Tejerizo, junto al sacerdote y secretario particular del arzobispo D. David Salcedo.
La oración comunitaria en estas vísperas del IV Domingo de Adviento concluyeron con el rezo del Padrenuestro en latín y la oración del Jubileo 2025, que el Papa inaugurará el 24 de diciembre en la Basílica de San Pedro del Vaticano y en Granada iniciamos el próximo día 29, junto con todas las diócesis del mundo.