¿Cómo vive usted ese cambio desde mundo militar a ser el presidente de Cáritas?

Yo procedo del mundo militar, soy militar de profesión. Mi vida la he dedicado, con mucha suerte, al servicio a los demás. Es verdad que hay muchas profesiones que así lo hacen, pero la nuestra especialmente. Estamos dedicados a servir a un pueblo, a una nación, en defensa de sus valores y en defensa también de lo que es la nación. ¿Porque surge todo esto en mí? Porque es verdad que no me cuesta cambiar nada el chip. Yo creo que sentí es el momento de dedicarle un tiempo a los demás. ¿Y qué mejor sitio que este?

¿Qué cargo ocupaba antes en el cuerpo?

Yo he sido teniente general en el Madoc, de jefe de mando de doctrina orgánica y materiales, aquí en Granada. Mis cuatro últimos años de vida militar fueron aquí. Como te digo, para mí es muy fácil cambiar el chip, en aquel momento surgió el tema de una Cáritas tanto dentro del ámbito militar como por parte de Cáritas España, y creyeron oportuno crear una diócesis más. Yo estaba en aquel momento terminando mi época profesional y lo vi oportuno. Fue muy enriquecedor porque me dio mucho “background” de lo que estaba haciendo Cáritas.

¿Cómo se produjo el salto a llegar a ser presidente de la institución?

Pues cambiando el chip y poniéndome en marcha en un proyecto muy bonito y encontrando un grupo de personas que me echaron una mano. Fue gracias a varios amigos de profesión y a un sacerdote al que se le encomendó la labor de acompañarnos. Fue una experiencia muy bonita y, como digo, todo ello me dio una perspectiva y una serie de conocimientos sobre Cáritas. Llega un momento en que se busca un presidente porque el que estaba, Rafael de Río, había estado tres mandatos; eran 12 años y es verdad que ya estaba buscando relevo. Él hizo una propuesta, los obispos estuvieron de acuerdo, porque son ellos los que toman esa decisión, y en un momento determinado me convierto en presidente de Cáritas española.

¿Qué era antes Cáritas para usted? ¿Qué vinculación tenía antes o qué percepción tenía de ella?

La de cualquier ciudadano normal. Yo ni he hecho voluntariado en Cáritas ni he aportado nada especial. Es verdad que tengo una proximidad muy grande a la Iglesia. Mi familia ha sido siempre muy religiosa, mis hijos también comulgan de los mismos valores que yo y bueno, vi esa oportunidad de conocer mejor a Cáritas y echarles una mano. Siempre aprendiendo, porque es verdad que lo bueno que tiene esta casa es que hay que aprender mucho e intentar transmitir ese compromiso que es muy necesario para el mundo en el que nos estamos moviendo ahora mismo.

Somos una organización impresionante, pensar que Cáritas española, en la memoria figuran los datos, tiene ochenta y tantos mil voluntarios, tiene 6 mil puertas que se abren todos los días en las parroquias, a diario. 70 Cáritas diocesanas, 5 mil y pico de trabajadores, cientos de proyectos de distinta categoría y distinto nivel… Es un mundo lleno de satisfacciones.

¿Qué le ha supuesto personalmente iniciar este compromiso con Cáritas? ¿cómo se ve Cáritas por dentro?

Pues lo que te decía hace un momento. El dedicar esta parte de mi vida que tantas satisfacciones me ha dado, porque he tenido tanta suerte en mi vida familiar, profesional, etc., pues tenía que aportar algo. También me podría haber dedicado a jugar al golf, pero yo creo que era el momento de dar ese salto y dedicarle estos años. Ya llevo desde el 2010 con este tema y lo único que me ofrece son satisfacciones diarias. Crecer en conocimiento, en experiencias… El visitar las Cáritas diocesanas, el visitar los proyectos en los que me muevo prácticamente a diario. A lo largo de estos dos años creo que he hecho más kilómetros que en mi vida profesional, pero creo que me da un conocimiento y una satisfacción muy grande.

Después de que haya tenido lugar este congreso ¿qué valoración ha hecho de la diócesis de Granada?

Yo la conozco desde hace años. Primero porque tengo algo especial con Granada, y luego porque la gente que trabaja en la diócesis siempre he tenido mucha relación con ellos. De las primeras visitas que hice como presidente fue aquí, a la diocesana de Granada. Me enseñaron muchos de sus proyectos, compartí algunos días con ellos y con el equipo directivo actual tengo una relación muy especial: con Chucu, con Alfonso; me siento muy a gusto.

Para mí Granada es especial, pero es que la Cáritas de Granada es especial también. Y es una oportunidad cuando surge y además veo en la agenda que no tenía ocupado el día de hoy dije: “esta es la mía”. Y estreno el ave, el metro, ¿qué más puedo pedir? Ha sido una ocasión muy buena.

Dentro de la diócesis, ¿qué iniciativas que lleva Cáritas cree usted que habría que destacar?

En general de cada una de las diocesanas aprendes algo. Pero esta lo que tiene es una dedicación especial por los necesitados. Yo he estado en un proyecto de personas sin hogar, de mayores, de apoyo a mayores, de jóvenes, de infancia… Con las dificultades que tienen las Cáritas ahora mismo, porque la financiación es muy complicada, sacar recursos es cada vez más difícil para cubrir las necesidades, yo creo que esta Cáritas va hacia adelante y el equipo, con Chucu al frente, es una gozada, una maravilla.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada