Nació en el pueblo valenciano de Llosa de Ranes, el 22 de septiembre de 1876, en el seno de una familia de campesinos. Era el hijo del molinero. Su fe se fue forjando desde pequeño y muy joven siente su vocación al sacerdocio.

De este modo, se prepara en el seminario menor y luego pasará al mayor, con una beca especial dada su brillantez como estudiante. Llegó a ser consiliario y rector-colegial del seminario. Tras defender dos doctorados en Derecho Canónico y en Filosofía, se ordenó finalmente sacerdote en el año 1900.

Desempeñó su ministerio parroquial en el Muro de Alcoy y luego en Almássera, pasando seguidamente a la Colegiata de Játiva, de la que fue abad. Allí dio testimonio de una gran caridad por los pobres, de quienes era bastante cercano, haciendo crecer su fama de hombre santo.

Con el estallido de la guerra civil española, en julio de 1936 es expulsado de la casa de la abadía y obligado a dejar la ciudad. Estuvo primero en Piles, luego en Valencia, y tomó el tren en Alcoy para ir a su pueblo natal. No obstante, al pasar por Játiva fue reconocido y arrestado. Luego de quitarle cuanto llevaba encima, hicieron comparecer al sacristán de la catedral, al que obligaron a entregar un cheque que el abad le había dado para pagar a los sacerdotes y servidores de la Colegiata.

Simularon dejarle libre para que se fuera a su pueblo, pero poco después era recogido en un coche y llevado al término municipal de Llosa de Ranes. Allí fue fusilado. En 1956 sus restos mortales fueron llevados desde el cementerio de Llosa de Ranes hasta la Colegiata de Játiva, donde son venerados. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa San Juan Pablo II.