Fecha de publicación: 26 de marzo de 2022

Nace en Chieri (Turín) el 15 de noviembre de 1847. Magdalena Catalina Morano inicia desde joven, entre los pequeños del lugar (Butigliera), unas prácticas pedagógicas, a las que dedicará toda su vida, especialmente después de conseguir el diploma de maestra. Rica de experiencia didáctica y catequística, a los 30 años, siguiendo la indicación de Don Bosco pudo coronar su deseo de consagrarse al Señor que se remontaba a su primera comunión.

En el 1879 es Hija de Mª Auxiliadora y pide al Señor la gracia de “permanecer en vida hasta que no haya completado la medida de la santidad”. Destinada en el 1881 a Sicilia, inicia una fecunda obra educativa entre las chicas y los jóvenes de los ambientes populares. Dirigiendo constantemente “una mirada a la tierra y diez al cielo”, abrió escuelas, oratorios, residencias para trabajadores, talleres en cada parte de la isla.

Nombrada Superiora Provincial, asume también el compromiso formativo para las nuevas y numerosas vocaciones, atraídas por su celo y por el clima comunitario que se crea en torno a ella. Su múltiple apostolado es valorado y estimulado por los Obispos, que confían a su evangélica iniciativa la Obra de los catecismos.

Minada por una afección tumoral, el 26 de marzo de 1908, Sor Morano cierra en Catania una vida de plena coherencia, vivida siempre en el intento de “no obstaculizar jamás la acción de la gracia cediendo al egoísmo personal”. En la misma ciudad Juan Pablo II la proclamó beata el 5 de noviembre de 1994. La celebración de la memoria cae el día que recuerda su nacimiento terreno: el 15 de noviembre. Sus restos son venerados en una Capilla de las Hijas de Mª Auxiliadora en Messina.