Agradecimiento de la Pastoral Familiar de Granada tras celebrar su XI Semana Diocesana con el lema “Familia, ¡qué regalo!”.
El domingo 30 de marzo concluimos nuestra Semana Diocesana de la Familia, con una bella oración animada por nuestros seminaristas, en la Parroquia de San Agustín. Aquí no caben reseñas, pues tendríamos que escribir tantas como personas nos reunimos esa tarde delante de Jesús Eucaristía.
Recogimiento, calma, paz… Jesús lo llenaba todo. Era un diálogo personal con Jesús, del alma con el amado. Gratitud de amor agradecido. Sentirnos amados con un corazón de carne, descansar en el corazón del Padre y en El todas las familias, una a una.
En la lectura breve leíamos el texto de la Primera de Pablo a los Corintios cuando habla del premio para los que corren la carrera, nuestro premio es una corona incorruptible. Nuestra corona es la presencia de Cristo en nuestra vida, es la roca firme sobre la que edificamos cada una de nuestras familia, el es el centro de nuestra vida.
Gracias a cada uno de nuestros seminaristas. En otras ocasiones os hemos dicho que son para nosotros. Quizás algo que no os habíamos dicho es que son verdaderos milagros, verdaderos diecisiete milagros de Dios para cada una de las familias de nuestra Diócesis. Uno más de los dones, de los regalos que sentimos que Dios hace a las familias.
Gracias a la Parroquia de San Agustín. A D. Antonio Jesús Pérez, el Rector del Seminario; y a D. José Antonio Vinuesa, el Vice, sois de verdad almas grandes.
Gracias a cada uno de los Movimientos Familiares de nuestra Diócesis: al Movimiento Familiar Cristiano, a los Equipos de Nuestra Señora, a Hogares Nuevos, a Familias Nuevas de los Focolares, al Encuentro Matrimonial. A los Movimientos con los que la Delegación tiene una relación especial, Hogares Don Bosco, a Famisión, al Movimiento Cultural Cristiano, la Institución Teresiana. Gracias a cada uno de los que han participado en los actos de esta XII Semana Diocesana de la Familia y a los que desde la distancias, nos habéis hecho llegar vuestra adhesión y vuestras oraciones.
Ahora termina la Semana de la Familia, pero no el trabajo por las familias, la oración continua por cada familia, para que sean, como dice el Papa Francisco, lugares de comunión, cenáculos de oración, escuelas de Evangelio, pequeñas Iglesias domésticas. Para que en cada familia sea fiel al proyecto de Dios.
Con agradecimiento.