La inauguración tendrá lugar el día 17 a las 20 horas en el salón de actos del Centro Cultural Nuevo Inicio (Plaza Alonso Cano. Edificio Curia Metropolitana), a cargo del Comisario de la exposición, Hayk Grigoryan, y su coordinadora, Gohar Vahanyan. La exposición podrá visitarse hasta el 16 de octubre, en horario de lunes a vienes de 10 a 13:30 horas, y la entrada es gratuita.
EXPOSICIÓN
En total, se expondrán 63 obras de 14 artistas contemporáneos armenios realizadas en distintas técnicas de pintura y grabado. Son artistas notables y destacados representantes del arte contemporáneo armenio que viven y trabajan tanto en la República de Armenia como en Estados Unidos, Italia, Francia y España. En la exposición, titulada “La infancia robada”, se puede ver tanto obras dedicadas al tema del genocidio en general como también obras con motivos de la cultura y tradición armenia, hasta cuadros abstractos inspirados del arte de Arshile Gorky, famoso pintor estadounidense de origen armenio que fue uno de los miles huérfanos del genocidio armenio.
El genocidio armenio (1915-1923) es una de las páginas negras de la historia del siglo XX. Un millón y medio de armenios fueron masacrados en el Imperio Otomano y como consecuencia aparecieron miles de huérfanos en todas partes del Imperio. La oficial Turquía sigue negando el hecho de que hubiera un genocidio, pero los hechos históricos y los informes de embajadores, organizaciones internacionales y misioneros extranjeros que aquel entonces se encontraban en el imperio otomano atestiguan las atrocidades cometidas por los turcos contra el pueblo armenio.
Es una muestra homenaje a las víctimas y a los huérfanos del genocidio que, gracias a los misioneros extranjeros y armenios, distintas organizaciones internacionales -como era por ejemplo el Comité americano de Asistencia a Armenia y Siria (año 1915) y posteriormente en 1918 llamado Asistencia para el Cercano Oriente- pudieron sobrevivir y seguir manteniendo su identidad nacional y religiosa.
La exposición irá acompañada de textos explicativos sobre el genocidio y principalmente sobre los orfanatos que se crearon con una única meta de salvar a los niños, que, como consecuencia del genocidio armenio (1915-1923), lo perdieron todo: a sus familiares, su infancia, sus casas y su patria, y educando y cuidando de ellos dar la posibilidad de seguir viviendo y conservar su identidad nacional. Gracias a los esfuerzos titánicos de los misioneros extranjeros, tales como el suizo Jakob Künzler y su mujer Elizabeth Bender, la danesa Maria Jacobsen, la americana Tacy Atkinson, la estonia Anna Hidvig Büll, la danesa Karen Jeppe, la noruega Bodil Katharine Biørn, la sueca Alma Johansson y muchos otros, el pueblo armenio pudo levantarse de las cenizas como el ave Fénix, sigue existiendo y floreciendo.
La parte artística de la exposición es un verdadero testimonio y prueba de lo dicho por Anatol France (1844-1924), escritor francés y ganador del Premio Nobel, quien en el año 1916 afirmó: “Armenia está muriendo, pero sobrevivirá. La poca sangre que todavía queda es una sangre preciosa que dará a luz una generación heroica. Una nación que no quiere morir, no morirá”.