Fecha de publicación: 15 de septiembre de 2022

La devoción comienza en realidad durante los primeros años de la época cristiana, cuando se documentan las primeras obras relacionadas con el tipo iconográfico de la Piedad: la Virgen al pie de la Cruz sosteniendo el cuerpo inerte de Cristo. Hay una pintura de San Juan de los Reyes en el Museo de Bellas Artes de Granada o las pinturas del retablo gótico de la antigua Capilla de los Salazar en la parroquia granadina de San José.

La imagen de la Virgen de las Angustias que conocemos hoy se fue configurando así a partir de la imagen de la Virgen arrodillada con los brazos cruzados sobre el pecho, tal y como aparece en el primigenio Libro de Constituciones de la cofradía de las Angustias. Este retrato fue popularizándose más en la diócesis granadina moderna con Isabel la Católica. Entre sus objetos personales y de culto privado había un cuadro de su pintor de cámara Pedro Chacón que representaba a la Virgen María en su Quinta Angustia, es decir, recibiendo el cuerpo muerto de su hijo tras su muerte en la cruz. La Reina Católica profesaba una enorme devoción a esta imagen y tras la conquista decidió donarla como exvoto de acción de gracias. En torno a 1550-1560 cuando la imagen debió ser sustituida por una nueva, atribuida al escultor Gaspar Becerra por la profesora Encarnación Isla (1989: 33 y ss.)

Gracias a este afecto por la imagen terminó naciendo la Hermandad de la Virgen de las Angustias en 1545. La congregación religiosa gozó de gran auge y popularidad desde el primer momento hasta el punto de que en 1567, el Rey Felipe II le concedió unos terrenos para que levantaran un hospital para mujeres, que finalmente no llegó a erigirse en ese momento y en su lugar se construyó una pequeña Iglesia que fue concluida en 1585.

El respaldo episcopal a la devoción hacia la Virgen de las Angustias fue notorio desde Pedro de Castro y Quiñones y, especialmente, en el siglo XVIII con los prelados Martín de Ascargorta y Francisco de Perea y Porras quienes, con diversas iniciativas, fomentaron su culto no solo en Granada sino en todo el territorio archidiocesano. Este hecho determinó que el culto a la Virgen de las Angustias diera fruto dentro de las artes pláticas, desarrollándose importantes obras con este tipo iconográfico en la Andalucía oriental.

El 18 de febrero de 1885, el ayuntamiento de Granada solicita al Papa que se declare Patrona de la ciudad de Granada a la Virgen de las Angustias. El 5 de mayo de 1887, el Papa León XIII concede la gracia de nombrar Patrona de Granada a la Virgen de las Angustias. Fue ya en 1913 cuando el Papa Pío X concede la Coronación el 5 de mayo de 1913, efectuándose definitivamente por manos del arzobispo José Meseguer y Costa.