“El arte no sólo debe transformas las cosas cotidianas en bellas sino también las bellas en sublimes”, rezaba este aforismo propio del arte del Siglo de Oro español. Una frase que encuentra sin duda su reflejo en la renovada talla del santo patrono de Víznar.
A principios del mes de julio se llevó a cabo la presentación de obra de restauración ante las autoridades locales y provinciales, además de numerosos fieles del pueblo viznero. Entre los presentes se encontraba el delegado de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta, Antonio Granados, el alcalde de Víznar, Joaquín Caballero, así como una de las directoras del Departamento de Restauración de la Archidiócesis, Lourdes Blanca.
Durante el acto se erigía en el centro del altar, la figura de San Blas en madera policromada bañada en pan de oro, reluciendo en sus colores originales del s. XVII. “Querida Virginia, has rescatado una escultura en verdad echada a perder”, decía D. David Cuerva, el párroco de Víznar, a la restauradora durante la presentación. “Tu paciente trabajo ha sido recompensado con el descubrimiento de una exquisita policromía en las carnaciones y túnica del Santo, tal y como llegó a Víznar antes del año de 1647”.
TRES MESES PARA DESBASTANDO TRES SIGLOS DE HISTORIA
La restauradora granadina tuvo tiempo de explicar la labor de restauración de este conjunto escultórico, que escenifica la famosa escena del milagro del santo al salvar a un niño de atragantarse con una espina de pescado.
El encargo se llevó a cabo llevarse a cabo en un periodo de tres meses, en los que Vera descubrió tres capas de policromía repintadas a lo largo de tres siglos de historia. “Yo pensaba que tenía una sola capa de repolicromía, pero el análisis estratográfico confirmó que había tres: una del siglo XX, otra del XIX y otra del XVIII”, explica.
Mediante un análisis con luz ultravioleta y de los componentes químicos de cada capa, Virgina Vera logró desbastar todas esas capas de pintura y barniz, además de restaurar todos los arañazos, manchas, abombamientos, suciedad y el craquelado consecuencia natural del paso del tiempo.
CON ROSCAS Y BARBA
Una de las curiosidades de esta obra de restauración ha sido la del descubrimiento de que el San Blas original mostraba una barba de varios días. “La verdad es que fue algo gracioso que a todo el mundo le ha llamado la atención. Yo ya he visto algunas otras figuras similares. Esta barba estaba ya en la repolicromía del XVIII, aunque un poco distinta. Ahora se ve tal y como estaba en el s. XVII”, cuenta Vera.
Los fieles de Víznar han sido los primeros sorprendidos y agradecidos por esta restauración histórica de su patrón. “Ha sido unánime la alegría de los vizneros tras la restauración. Hemos acogido la nueva figura con gozo y una positividad enormes”, asegura el párroco.
Ahora el santo seguirá prestándose con una mayor solemnidad a los ruegos y oraciones de los fieles de la localidad, que ansían con mayor anhelo la llegada de las próximas fiestas patronales del 3 de febrero en las que se preparan las famosas “roscas de San Blas”.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada