Los fieles presentes en la S.I. Catedral granadina, junto a los cientos que siguieron la retransmisión desde el canal diocesano VA Televisión, asistieron a esta celebración que presidió el Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez.

“ZAGALES” DEL BUEN PASTOR

Acompañados de sus familiares, sus compañeros de seminario, rector y formadores, los dos candidatos al sacerdocio recibieron la consagración de manos de D. Javier Martínez, como sucesor apostólico. Toda la iglesia congregada pudo unirse en oración de intercesión por ellos, rogando a todos los santos por los dones de su ministerio.

“La gente nos felicita hoy porque es el día del Buen Pastor”, dijo D. Javier a Jaime y Francisco. “Somos pastores en pequeñito, somos zagales, somos elegidos para colaborar en la misión del Buen Pastor, que se sabe pastor porque da la vida por sus ovejas. Que es Señor porque no tuvo digno de ser retenido el ser igual a Dios, sino que se despojó a sí mismo de su rango, tomó la condición de esclavo, sometido hasta la muerte y una muerte de cruz, y gracias a eso es Señor de la Creación”.

Una llamada que, en el caso del sacerdocio, se produce de una manera especial. “Él quiere como apropiarse de vuestra humanidad. Os ha puesto en el corazón ese deseo de poder actuar en medio de la Iglesia y en medio del mundo ‘in persona Christi’, incorporando en vuestra humanidad singular, única, con vuestra forma de ser, vuestra historia, vuestras cualidades y vuestros límites, y encarnar a Cristo en medio de la Iglesia y en medio del mundo”.

SACRAMENTOS VIVOS DE DIOS

Esa acción vicaria de la persona de Cristo se manifestará, en adelante, no solo a través de los sacramentos eucarístico y de reconciliación, sino en el despliegue de su vida diaria.

“El concepto de sacramento es un concepto muy extraño al hombre moderno, aunque sin él no se entiende nada de la creación ni de la vida humana”. No se entiende sin la presencia de Dios en todas las cosas, “sin ese ser el hombre una criatura singular hecha a imagen y semejanza de Dios, sin esa conciencia de que la Resurrección de Jesucristo, de la verdad de nuestro destino”, explicó.

Recordando que la Iglesia misma es signo eficaz del amor de Dios, insistió en el misterioso carácter personal que tiene el orden sacerdotal. “En los sacramentos hay un sacramento que es personal, que no es vino, no es agua, no son unas palabras: son unas personas. Ese sacramento es el orden sacerdotal”, afirmó. “Frágiles, débiles, pequeños, pobres, pero escogidos por el Señor para imprimir en vosotros su imagen de una manera tan singular que seáis como una representación viva de Cristo”.

Terminó exhortándoles a ser siempre conscientes de ser esa presencia personal de Cristo en la vida. “Que vuestro tiempo libre, vuestro recreo, vuestras relaciones humanas con todo tipo de personas, expresen siempre vuestra condición sacerdotal y ese amor del Buen Pastor que está dispuesto a dar la vida por la vida y la alegría, alegría verdadera, de las personas que se acercan a vosotros”.

Con la efusión especial del Espíritu Santo conferida por manos del Arzobispo y del resto de presbíteros presentes durante la celebración, los dos jóvenes se incorporaron al altar para concelebraron su primera Eucaristía como sacerdotes de Dios.

La celebración concluyó con el agradecimiento personal de D. Javier a las familias de los dos nuevos presbíteros granadinos. “No habéis perdido nada, habéis ganado inmensamente. Y os lo digo a vosotros, pero de paso se lo digo a todos los padres y madres cristianas. Dar un hijo a Dios puede parecer un sacrificio, pero en realidad nunca lo es porque es un regalo que nosotros recibimos del Señor”.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

 

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