Gran parte de las personas que Cáritas Diocesana de Granada acompaña buscan trabajo como empleadas de hogar y, un elevado número de las ofertas que llegan a su agencia de colocación son para trabajar en este sector. Pese a los importantes avances registrados en el último año, las empleadas de hogar siguen careciendo del reconocimiento social que merecen, mientras que el régimen especial del que forman parte es profundamente injusto. Con motivo de la celebración del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, Cáritas reivindica que se produzcan los avances necesarios para una verdadera equiparación de derechos -especialmente de las que trabajan en régimen interno-, así como el reconociendo social de este trabajo que es fundamental para la sostenibilidad de la vida. Si bien la ratificación del Convenio 189 de la OIT y posterior aprobación del Real Decreto ley 16/2022 -que da lugar a modificaciones de distintas normativas relacionadas con el trabajo del hogar- han supuesto un importante avance en el reconocimiento de derechos -como el acceso a la protección frente al desempleo- ha dejado fuera otras reivindicaciones.
“Esta falta de equiparación con el resto de los trabajadores coloca con frecuencia a las empleadas de hogar en situaciones de precariedad laboral y desprotección social”, explica Miguel Ortiz, técnico de intermediación laboral del Programa de Empleo. Según la encuesta de la EPA del cuarto trimestre de 2022, había 543.900 personas trabajando en empleo de hogar. Sin embargo, en el registro de la Seguridad Social figuraban en febrero de este año 376.151 personas dadas de alta en el régimen de empleadas del hogar. “Esto indica -asegura Miguel Ortiz- que buena parte de las trabajadoras realizan su labor sin los derechos y la protección que deberían tener, sin contrato ni alta en la Seguridad Social y en unas condiciones muy inseguras”.
Lejos de una verdadera equiparación “Aún estamos lejos de una verdadera equiparación de derechos, como pueden ser la integración de lagunas en las cotizaciones, la diferenciación profesional entre cuidados de personas y hogar, o todo lo relativo a las condiciones particulares que conlleva el trabajo de interna”, subraya. Esta falta de definición de las condiciones particulares del trabajo de las empleadas del hogar en régimen interno, hace que muchas de ellas se enfrenten a situaciones de especial desprotección y vulnerabilidad. En muchas ocasiones, se vulneran los derechos laborales, por estar sometidas a amplias jornadas, incluidas jornadas nocturnas, sin apenas descanso, con tiempos de presencia que obligan a tener disponibilidad y, en muchos casos, sin distinción entre trabajos de hogar y de cuidados, no contando éstos con la remuneración correspondiente, dada la especialización que requieren. Y añade, “desde Cáritas seguiremos trabajando junto al sector para que se produzcan los avances necesarios que permitan que las trabajadoras del hogar se conviertan en trabajadoras plenas de derechos y cuenten con unas condiciones laborales dignas”.
LARGA TRAYECTORIA DE CÁRITAS DIOCESANA EN EL EMPLEO DE HOGAR
El Programa de Empleo de Cáritas cuenta con un Servicio gratuito de intermediación especializado en Empleo Doméstico que hace de intermediario entre las personas que buscan trabajo y las personas o familias que necesitan apoyo en tareas del hogar o en el cuidado de personas mayores. El servicio ofrece soporte en todas las gestiones y trámites para la contratación velando para que se garanticen unas condiciones de contratación dignas y la garantía de derechos y obligaciones para empleadores y empleados.
En este sentido, las ofertas de trabajo que se gestionan, parten de los principios de legalidad y dignidad. Para ello, se ofrece información y orientación relativa al salario, condiciones laborales, cuotas de la Seguridad Social, etc. “Realizamos también un seguimiento de la relación laboral hasta su finalización, lo que nos permite conocer las condiciones en las que se está desarrollando el trabajo y el grado de satisfacción de ambas partes”. El proyecto cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo en su Programa Operativo de Inclusión Social y de Economía Social 2020-2023, “Itinerarios individualizados de inserción sociolaboral”.