Fecha de publicación: 23 de marzo de 2016

El Santo Padre Francisco convocó, ya hace casi año, este año como Año Jubilar de la Misericordia, recordando una enseñanza que ya fue de San Juan Pablo II: lo que más necesita nuestro mundo es misericordia. El Papa, con su sentido práctico, nos ha invitado a que practiquemos las obras de misericordia. Y para mí que la más difícil de todas, la que más influencia cotidiana tiene en nuestras vidas es la que dice “llevar con paciencia las debilidades de nuestros prójimos”. Eso muchas veces es heroico. Y os digo, por mi experiencia conmigo mismo y por mi experiencia de sacerdote, de pastor, el prójimo más difícil de soportar es uno mismo, porque además en ese no hay descanso, porque nos acompaña veinticuatro horas al día. Y sin embargo, esa paciencia, ese llevar con paciencia las fragilidades de uno y las de los demás es el único camino para el amor. La paciencia por sí misma no sería un bien. Es un bien porque paz viene de paciencia y la paz se construye sobre el amor. Y como el amor es importante y como somos frágiles no hay más camino para que triunfe el amor que el camino de la paciencia.

Vamos a pedirLe al Señor que ejercitemos en nuestra vida esa obra de misericordia con nosotros y con las personas que tenemos cerca, con todos, en casa, cerca en el trabajo, cerca en todas partes.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Miércoles Santo, 23 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas