Fecha de publicación: 6 de marzo de 2016

Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, animó a los hermanos de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia (conocida como Hermandad del Silencio) a ser “sembradores de misericordia”. “Sed sembradores de un gesto de misericordia grande, de un gesto de reconciliación a alguien que pueda tener necesidad de ello”, señaló Mons. Martínez en la Eucaristía celebrada el pasado día 5 con la que se clausuró el Quinario que durante la semana pasado celebró la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia. En virtud de estos cultos, que se celebraron del 1 al 5 de marzo, la iglesia de San José fue templo jubilar de la Misericordia.

El Evangelio de ese día en la Eucaristía era la parábola del hijo pródigo, una de las parábolas de referencia en este Año de la Misericordia, que celebramos con el lema “Misericordiosos como el Padre” y cuya enseñanza “está resumida en la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia”: la vuelta del hijo que, habiéndose marchado y gastado toda la herencia, regresa a los brazos del padre, arrepentido y necesitado de perdón y amor; y el padre lo acoge con amor y alegría porque el hijo perdido ha regresado. Y es que “no es sólo que el padre sale al encuentro de su hijo; es que ha entregado su Hijo para que derramara su sangre por nuestros pecados. Y Él ha pagado ya los de todos. Los de todos es de todos, los de todo el mundo”, afirmó nuestro Arzobispo.

Ante el Cristo de la Misericordia, Mons. Martínez explicaba a los cofrades que, precisamente, “un mundo sin misericordia es un mundo terriblemente inhumano”, porque frente a la dialéctica del perdón está la de la venganza. “Un mundo sin misericordia es un mundo que se destruye a sí mismo”, subrayó. “Sólo podemos proclamar la misericordia como un milagro de Dios, una gracia de Dios, no como una cosa que somos capaces de hacer nosotros solos, por nosotros mismos”.

TODOS NECESITAMOS LA MISERICORDIA
“Todos necesitamos de la misericordia de Dios. El Evangelio es la Buena Noticia de que Dios es –como dice el título del libro del Papa- ‘el nombre de Dios es misericordia’. El nombre de Dios es amor. Pero en este mundo nuestro, la forma más exquisita del amor es el perdón; en nuestra realidad de seres humanos frágiles, de seres que aun llenos de buena voluntad hacia las personas que tenemos cerca, las más cercanas, aun con todo el buen deseo del mundo, no basta. Hace falta perdonar. Sólo con la experiencia de que Dios, que es Amor, nos perdona, nos abraza, no nos rechaza a pesar de nuestras miserias y de nuestras mediocridades y de nuestros defectos; sólo cuando uno tiene esa experiencia brota de verdad la alegría en la liturgia cristiana”, afirmó Mons. Martínez.

QUINARIO
Desde el 1 al 5 de marzo la iglesia de San José, en el barrio del Albaicín, acogió los cultos en honor al Santísimo Cristo de la Misericordia, y por ello en esos días fue templo jubilar en este Año Santo Extraordinario convocado por el Papa. Durante esos días, los hermanos cofrades, con el Hermano Mayor y Junta de gobierno, y fieles en general que se sumaron celebraron los cultos con el rezo del Santo Rosario, el ejercicio del Quinario y, posteriormente, la Santa Misa que cada día ha oficiado un sacerdote diocesano, y clausurado por Mons. Javier Martínez.

En el ejercicio del Quinario se recordó a los hermanos fallecidos de la cofradía y al sacerdote diocesano D. Enrique León, fallecido recientemente y muy cercano a la vida cofrade granadina. Asimismo, se rezó la oración para ganar el Santo Jubileo y, tras la Santa Misa, se rezó la Oración de consagración de los hermanos ante el Santísimo Cristo de la Misericordia.