Fecha de publicación: 29 de marzo de 2015

Jesús, sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Nos amaste, nos amas, Señor, hasta el extremo, con un amor más fuerte que la muerte. A nosotros, pequeños y pobres, que tantos nos cuesta querernos a nosotros mismos, o querer a nuestros prójimos, a los que tenemos cerca, a los que queremos y deseamos bien. Y sin embargo, tan llenos de defectos, se hace tan difícil querer.

Tú nos has querido sin límites. Tú nos quieres sin límites. Nos entregaste el Sacramento de tu Cuerpo y el mandamiento del Amor, para que descubriéramos que sólo hay una tarea importante en la vida: justamente aprender a querernos. Y para aprender a querernos necesitamos tu Gracia, te necesitamos a Ti. Para no cansarnos de querernos unos a otros, o de querernos bien, necesitamos tu Gracia, te necesitamos a Ti.

Padrenuestro
Que estás en el Cielo
Santificado sea tu Nombre
Venga a nosotros tu Reina
Hágase tu Voluntad
En la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal.
Amén.