- La Asamblea Diocesana 2025 se celebró como una jornada para escuchar, compartir, orar y celebrar juntos, dando voz a todas las realidades del Pueblo de Dios.
Granada, 15 de junio de 2025.- La Archidiócesis de Granada ha celebrado el 14 de junio su primera Asamblea Diocesana que, con el lema “Somos familia”, congregó a alrededor de 1.200 personas en el Auditorio Manuel de Falla en Granada. Entre los participantes, estaban niños, mayores, adolescentes, familias, grupos parroquiales, movimientos, carismas, institutos seculares, cofradías y hasta la vida contemplativa, con la participación de la abadesa del convento de San Antón, sor Pilar Montoro, que habló sobre la comunión en la vida contemplativa.
El arzobispo dio la bienvenida y afirmó sentirse querido, al mismo tiempo, que expresaba este afecto a toda la Iglesia de Granada, de la que dijo “estoy muy a gusto con la diócesis”. Mons. Gil Tamayo hizo un llamamiento para que “no vayamos cada uno por nuestra cuenta” y que “encontraremos a Jesús en los sacramentos, en la Eucaristía y en la comunidad cristiana, y esa es la Iglesia del Señor que peregrina en Granada”.

El encuentro, presentado por la influencer Carlota Valenzuela y el granadino cofrade Manuel Montes, comenzó con la música orando al Espíritu Santo y la lectura del pasaje del Evangelio según san Juan, que narra el camino de dos apóstoles que, desalentados por la muerte de Jesús en la cruz, van camino de Emaús y se encuentran con el propio Jesús tras su Resurrección. Con este punto de partida, los organizadores de la Asamblea animaban a los participantes a sentirse una familia dentro de la Iglesia, estén en la situación que estén de abatimiento, alegría, tristeza, vacío o incertidumbre, proponiendo la fe cristiana como esperanza para la vida.
COMUNIÓN

En un recorrido por cuatro fases en torno al tema de la comunión -segundo punto al que ha estado dedicado este año el Plan Pastoral diocesano-, por el Auditorio Manuel de Falla desfilaron distintas personas que, a título individual y comunitario por su pertenencia a un movimiento, carisma o grupo religioso, explicaron cómo viven la comunión en sus ambientes, cómo han sido salvados por la comunión en Cristo, cómo la celebran y disfrutan, y cómo la construyen. Entre ellos, habló el sacerdote D. Antonio Hernández Carrillo, sacerdote en una parroquia de la zona norte de Granada, con 57 años de vocación sacerdotal y vinculado a la HOAC, desde donde “he vivido mi sacerdocio, luchando por la justicia, por la paz”.
Padres de familia; una mujer consagrada de Servidores del Evangelio con misiones en Asia como Filipinas o Corea del Sur; un matrimonio del Camino Neocatecumenal que estuvo en misión en Lyon; seminaristas; amigos del movimiento Comunión y Liberación, que han creado el grupo de música “Volver a Siquem”; el grupo Magdala dedicado a las artes escénicas, que viven esta dedicación como en una familia; las Hermanitas del Cordero, que recorren las calles de Granada y llaman “amigos de la calle” a las personas sin hogar con quienes, junto a otros granadinos, celebran la llamada “mesa abierta”, en la que se sientan para comer todos juntos una vez a la semana como una familia; un migrante que recibió apoyo y ayuda de la comunidad parroquial del Carmen y de la Pastoral de migraciones con la que hoy colabora; y el Grupo San Francisco. Todos ellos son algunos de estos participantes.
Las intervenciones se sucedieron al mismo tiempo que se ofrecía una parte artística, con bailes y música, como parte de la espiritualidad de algunos de ellos que viven en sus grupos y realidades eclesiales. El broche de oro musical lo puso la banda de música de los Dolores.
El objetivo de este encuentro es fortalecer los lazos de la comunión de la Iglesia. La Asamblea concluyó con la Eucaristía presidida por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo y concelebrada por un grupo de sacerdotes asistentes a la Asamblea, así como una comida posterior ofrecida por los organizadores desde la Vicaría de Pastoral.
La Asamblea diocesana, en la que también participaron 40 voluntarios, fue propuesta como una jornada para escuchar, compartir, orar y celebrar juntos, dando voz a todas las realidades del Pueblo de Dios.
