Evangelio del 2 de enero de 2025.
– 1 Jn 2, 22-28.
– Sal 97.
– Jn 1, 19-28.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: “¿Tú quién eres?”. Él confesó y no negó; confesó: “Yo no soy el Mesías”. Le preguntaron: “¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?”. Él dijo: “No lo soy”. “¿Eres tú el Profeta?”. Respondió: “No”. Y le dijeron: “¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?”. Él contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías”. Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”. Juan les respondió: “Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia”. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.