Mons. Martínez ha dado gracias al Señor “por lo que hemos vivido desde el viernes por la tarde hasta el sábado”, en referencia a esta Jornada de “24 horas para el Señor”, convocada desde el viernes 28 a las 17 horas hasta el término de la Eucaristía de las 17 horas del sábado 29.
“Ha sido una experiencia de Iglesia”, señaló Mons. Martínez desde la Santa Iglesia Catedral ayer domingo, iglesia madre de la Diócesis de Granada, durante la Eucaristía dominical.
Mons. Martínez aludió al “bien que el Sacramento de la Penitencia pone en nuestra vida, que no es otro que el abrazo del Señor a nuestra pobreza”.
“Doy gracias por este día, que han sido 24 horas preciosas de testimonio de Iglesia, de comunión entre unos y otros, de un amor abierto y sin límites al mundo, que es lo que uno aprende junto a la Eucaristía y junto al Señor”, subrayó el Arzobispo.
Eucaristía de clausura
El sábado, durante la Eucaristía de clausura de esta Jornada, Mons. Javier Martínez volvía a reiterar su agradecimiento al Señor por esta iniciativa llevada a cabo en la Diócesis.
“Era conmovedor ver a los grupos y comunidades cristianas, con toda su variedad, con toda su sencillez, venir, sintiéndonos todos parte del mismo cuerpo, adorar al Señor, suplicar el don de la gracia de la conversión para nosotros y para este mundo dolorido; y al mismo tiempo ver los frutos del Sacramento de la Penitencia, poder recibir ese abrazo del Señor que es la penitencia”, señaló el Arzobispo, quien recordaba que en esta Jornada de 24 horas para el Señor han acudido tanto personas de comunión diaria como personas alejadas de la fe, quienes han experimentado ese abrazo del Señor en el perdón de los pecados.
Agradecimientos
Asimismo, Mons. Javier Martínez ha agradecido al Cabildo de la Catedral y a los fieles su participación en esta Jornada, así como a todos los sacerdotes que se han prestado para que, continuamente, a lo largo de las 24 horas, hubiera presbíteros suficientes y disponibles para el perdón de los pecados.
El Arzobispo de Granada también agradeció a todos los grupos diocesanos que han participado en su preparación para que el Señor siempre estuviese acompañado. “En ningún momento, ni siquiera a las cuatro de la mañana, a las cinco, a las seis de la mañana, estuvo el Señor solo”, ya que en todo momento hubo fieles cristianos adorando al Señor.
“La iglesia sigue viva gracia a Dios, muy viva. Ha sido una experiencia preciosa, la experiencia de ser iglesia, la experiencia de la fe”, concluyó el Arzobispo sobre esta iniciativa en este tiempo de Cuaresma, llevada a cabo en todas las Diócesis del mundo, y a la que se sumó la Diócesis de Granada con la Santa Iglesia Catedral y la iglesia de Nuestra Señora de la Cabeza en Motril.