Tras la Santa Misa, tuvo lugar la tremolación del estandarte de Castilla, el canto del Te Deum y la ofrenda floral ante la tumba de los Reyes Católicos.
Ante la tumba de los Reyes Católicos, que lograron la unidad de España y promovieron la evangelización en el Nuevo Mundo, se han llevado a cabo las principales celebraciones en la festividad de la Virgen del Pilar y Día de la Hispanidad, en la Capilla Real. Un año más, este templo, que custodia los restos de los Reyes Católicos, ha sido el epicentro de las celebraciones este 12 de octubre.
Unas celebraciones que comenzaron con la Eucaristía presidida por el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, y concelebrada por los cabildos de la propia Capilla Real y de la Catedral, acompañados por los formadores del Seminario Mayor y sus seminaristas.
En sus palabras durante la homilía, Mons. Gil Tamayo ha recordado el legado de unidad para España que ha dejado la Sierva de Dios Isabel La Católica, “una reina cristiana, valiente y visionaria, que supo unir a los reinos de Castilla y Aragón”.
LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO EN NUESTRA PATRIA
“En esta misa de la fiesta de la Virgen del Pilar, fiesta nacional de España y de Hispanoamérica, nos hacemos eco de la alabanza de la mujer que le sale el paso a Cristo en el Evangelio referido a su madre y hace esas alabanzas de la madre de Jesús. Y hacemos realidad también la profecía de la misma Virgen María en su visita a Santa Isabel al recitar el Magníficat: ‘Me llamarán bienaventurada todas las generaciones’”, señaló el arzobispo en su homilía.
“Es lo que estamos haciendo, queridos hermanos, al celebrar esta fiesta, que nos lleva a mirar agradecido los orígenes del cristianismo en nuestra patria. Cuando la Virgen se aparece, según la Tradición, al apóstol Santiago y le anima a la evangelización de nuestra tierra. Evangelización que es la que ha ido conformando a lo largo de la historia los elementos más profundos y grandiosos de nuestro ser como españoles y de nuestro puesto en la Historia. Como ha sido la gran gesta de la evangelización del Nuevo Mundo, que hoy conmemoramos también su descubrimiento. En esta fiesta que hoy celebramos con el nombre de hispanidad, de civilización con el sello de España, de su fe y de su cultura. (PARA LEER Y ESCUCHAR LA HOMILÍA PULSE AQUÍ)
El arzobispo, que pidió la intercesión de la Virgen del Pilar en este día festivo, habló de la unidad y de quienes llegan a nuestro país buscando un futuro mejor: “Que la Fiesta Nacional de España sea un momento de alegría en el que recordemos que juntos somos más fuertes, y que juntos podemos construir un futuro en libertad democrática de calidad mejor para todos, también para los que vienen buscando mejores condiciones de vida y a los que necesitamos para seguir manteniendo nuestro bienestar. Y no podemos criminalizarlos, sino al contrario, son un factor necesario en una España despoblada, en una España que ha limitado su natalidad, y que para mantener su bienestar y su nivel de vida necesita los brazos de quienes llegan en las condiciones más deplorables y a los que hemos de acoger e integrar”.
En la oración de los fieles, se rezó por las comunidades cristianas de España y América Latina, por los misioneros, por la paz en el mundo, por el Sínodo y por nuestros gobernantes, así como por el Jefe del Estado en la persona del rey Felipe VI.
TREMOLACION Y OFRENDA FLORAL
Tras la Santa Misa, las celebraciones en el interior de la Capilla Real continuaron con el acto cívico y la asistencia de autoridades civiles y militares, tanto de la ciudad como provinciales.
Con la asistencia, entre otros, de la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Rocío Díaz, y la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, llegaba la comitiva de autoridades al interior del templo. Allí, como es tradicional, ante la tumba de los Reyes Católicos, tuvo lugar la tremolación del estandarte de Castilla, y la oración del Te Deum. Posteriormente, el arzobispo, junto al Capellán Mayor D. Manuel Reyes y el deán catedralicio, D. Eduardo García, acompañados por las autoridades civiles y militares, descendieron hasta el interior de la cripta donde se hallan los restos de los Reyes Católicos.
Ante la tumba se hizo entrega de una ofrenda floral y se rezó una oración dando gracias a Dios por los Reyes que lograron la unidad de España y promovieron la evangelización de los pueblos recién descubiertos del Nuevo Mundo, que tuvo lugar en 1492.